El partido de vuelta por los dieciseisavos de final de la Copa Sudamericana entre Deportes Temuco y San Lorenzo elevó la temperatura de manera alarmante: el plantel del Ciclón arribó a Chile y, mientras se trasladaba el micro desde el aeropuerto hacia el hotel, sufrió una salvaje agresión por parte de los hinchas locales, aunque no hubo que lamentar heridos.
El autobús fue atacado a piedrazos y una de las ventanas estalló, junto al asiento en el que viajaba el manager Leandro Romagnoli. El clima de cara al duelo que se disputará el miércoles 15 desde las 19.30 se tornó espeso. En el Nuevo Gasómetro, Temuco había ganado 2-1, pero San Lorenzo protestó el encuentro por la mala inclusión del argentino Jonathan Requena.
En efecto, el mediocampista ofensivo había estado inscripto en la nómina de Defensa y Justicia para esta edición de la competencia, por lo que el Tribunal de Disciplina de la Conmebol le dio por ganado el partido al conjunto que dirige Claudio Biaggio por 3 a 0. Dicha situación generó el enojo de los directivos chilenos, encabezados por el presidente Marcelo Salas (sí, el Matador ex River), quienes viajaron a Paraguay para entrevistarse con los dirigentes de la Conmebol y buscar dar vuelta el fallo.
En Temuco advierten que concurrirán al TAS si Conmebol no le devuelve los puntos. Ante ese panorama, los fanáticos del equipo se descargaron con la delegación de San Lorenzo, a la que insultaron ("ladrones", le gritaban los presentes) y agredieron a pedradas, rompiendo el micro que la trasladaba. Una señal de alerta de cara al partido del miércoles.
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