Final del primer tiempo en el Cilindro: borde del área grande de River. Renzo Saravia, lateral derecho de Racing, se proyecta con decisión y Leonardo Ponzio derrapa para quitarle el balón. Sin embargo, termina cometiéndole falta. El árbitro Anderson Daronco, de físico imponente, se acerca a la jugada y con autoridad, saca la tarjeta amarilla… Para Exequiel Palacios.
El partido de ida por los octavos de final de la Copa Libertadores entre Racing y River tuvo su blooper y lo protagonizó el juez brasileño. Ante su falla, todos los jugadores de Racing se arremolinaron a su alrededor para protestar. Incluso, el Chacho Coudet, en el banco de suplentes, perdió la cordura.
Enseguida, Marcelo Gallardo intentó una movida para gambetear el problema y buscó reemplazar a Ponzio, el autor de la infracción, por Bruno Zuculini. Sin embargo, después de un par de movimientos vacilantes entre las protestas, Daronco se señaló el intercomunicador, como marcando que estaba escuchando a sus asistentes y dio vuelta la decisión.
En efecto, el árbitro anuló gestualmente la amarilla a Palacios y se la mostró al experimentado Ponzio, que debió irse a las duchas antes del final de la primera etapa. Antes, también pudo haberse ido expulsado Lucas Martínez Quarta, pero Daronco, de floja labor, no le mostró la segunda amarilla.
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