Se presumía en la previa: la temperatura en el partido entre Argentina y Uruguay, por las semifinales del torneo Sub 20 de L'Alcúdia iba a ser alta. Varios de los chicos ya se habían cruzado en los Juegos Odesur, disputados en Cochabamba, en junio pasado. En aquella oportunidad, las promesas charrúas se impusieron 3-2 y avanzaron a la final del torneo.
El certamen que se disputa en Valencia volvió a cruzar a los dos combinados en la misma instancia. Y el primer tiempo ofreció un concierto de golpes y patadas: el encuentro se picó enseguida, a los 6 minutos, cuando una acción friccionada terminó con dos jugadores uruguayos chocando entre sí tras la arremetida de Andrés Ayala, quien luego del primer borbollón se retiró de escena sonriendo.
Pero la efervescencia no terminó ahí. A los 10′, Leonardo Balerdi, marcador central de Boca, revoleó a Laquintana en mitad de campo. Al rato fue amonestado Ayala y, para perjuicio de Argentina, se retiró expulsado a los 30 minutos de juego, por un manotazo a un adversario cuando la pelota estaba en su poder (se podría haber evitado si soltaba antes la pelota).
"Paralos un poco", reclamó desde un costado del campo de juego Fabián Coito, director técnico de Uruguay, ante la sucesión de roces. Antes del duelo, Lionel Scaloni y Pablo Aimar también habían dialogado con los chicos argentinos para intentar disminuir la adrenalina. Pero no lo lograron.
Sobre el final de la primera etapa, hasta Gonzalo Maroni, una pieza ofensiva, se contagió: fue con los dos pies hacia adelante para disputar un balón contra un lateral y también fue amonestado.
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