Viaje a la mente de Lionel Messi: los "gestos" que espera para continuar en la Selección

La "Pulga" y su entorno no quieren que su ciclo en Argentina finalice con la imagen de Rusia 2018. Sin embargo, para seguir aguarda que se den algunas condiciones

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Una de las últimas imágenes de Messi con la camiseta de la Selección y la cinta de capitán (Foto: Lars Baron – Getty Images)
Una de las últimas imágenes de Messi con la camiseta de la Selección y la cinta de capitán (Foto: Lars Baron – Getty Images)

En las cálidas aguas del Caribe, retozando sobre el yate en Ibiza, regalándoles el 100% del tiempo a sus hijos Thiago, Mateo y Ciro, como no pudo durante el Mundial; incluso ante los paparazzi, en el casamiento de su amigo Cesc Fàbregas. Las imágenes de Rusia, vívidas, se repiten. No es el final que quiere. Tampoco el que desea su entorno; no lo creen justo. La Copa América 2019 funciona como una zanahoria tentadora, pende del anzuelo delante de él; justo él, un espíritu competitivo.

"Si tuviera decidido que no sigue, ya lo hubiera comunicado". La frase surge de alguien que conoce a un Lionel Messi que, desde que Argentina quedó eliminada del Mundial de Rusia 2018, optó por el silencio mediático. Sirve como ejemplo lo sucedido tras la Copa América Centenario, en 2016. Aquella vez, aunque la propia Pulga aceptó que se "apresuró" en la decisión, anunció su renuncia a la Selección a la salida del vestuario tras la final ante Chile. Hoy todavía no se lo escuchó. Y es un buen indicio.

"Si nos va mal, tendremos que desaparecer todos de la Selección. Va a ser muy complicado porque ya son muchos años que estamos acá", había dicho antes de la Copa del Mundo. El resultado en Rusia fue decepcionante, el combinado nacional se marchó en octavos de final. Pero de su círculo íntimo no se fueron todos. Javier Mascherano y Lucas Biglia sí colgaron la camiseta de Argentina. Pero Sergio Agüero y Ángel Di María, por citar dos nombres, no.

El fuego sagrado no se apagó. Traducción: Messi tiene ganas de seguir en la Selección. En la AFA saben que la balanza está más volcada hacia la continuidad, por eso las señales en las declaraciones para que lleguen a sus oídos en Europa. "El ciclo de Messi no se terminó", subrayó Daniel Angelici, vicepresidente de la Asociación del Fútbol Argentino y titular de Boca, en una entrevista radial que brindó la semana pasada.

"Primero hay que dejarlo descansar y sacarle esa mochila que le ponemos todos los argentinos. El fútbol es un juego en equipo, en el que entran once a la cancha y no se puede pretender que siempre uno salve el partido. Hay que convocarlo cuando haya un equipo y donde Messi sea uno más; el mejor", completó entonces Angelici.

Y en las últimas horas se sumó Claudio Tapia, presidente de la AFA. "Yo creo que va a seguir jugando. Hay que comenzar un proyecto y después ir viendo cómo se van dando las cosas. Él quiere mucho a la Selección Argentina. Creo que internamente este golpe debe haber sido muy duro para él, como lo fue para nosotros. Pero Argentina lo necesita", dijo en Radio Mitre, en la misma sintonía de Angelici.

"Tenemos que tratar de dejarlo tranquilo, que él se reordene, que empiece su torneo en España, y el año que viene ver", también coincidió Tapia en los pasos a seguir. "Saben que es momento de dejarlo tranquilo. Es lo mejor que pueden hacer", acepta la misma fuente consultada por Infobae. En conclusión, el camino para arrebatarle un sí es el correcto.

Claro que, más allá de la confesa pasión de Messi por la Selección, de que en todas las encuestas entre los hinchas arrasa el pedido de que apueste por una revancha, el capitán de Argentina "va a esperar a ver qué pasa". Cuando se repartan las cartas, las analizará al detalle antes de informar una determinación. Porque hay ciertas condiciones que espera que se cumplan para intentar volver a buscar la gloria, tan familiar cuando viste la casaca del Barcelona como esquiva cuando luce la celeste y blanca.

"El proyecto", es uno de los ítems que observará. La búsqueda de un Director de Selecciones, de que no todo dependa del librito que traiga el entrenador elegido, presupone una búsqueda de organización, una estructura más cercana a lo que acostumbra en Europa. Que José Pekerman y Alejandro Sabella, dos profesionales que lo conocen en profundidad y ya lo tuvieron bajo su ala, sean los principales candidatos al rol de manager, tiende también un puente hacia el astro rosarino.

El Diez observará cómo termina la novela del director técnico y qué plan buscará plasmar en el campo de juego. Las conclusiones también tendrán incidencia en el futuro. Quedó claro en las declaraciones de Angelici y en las de Tapia: si hay Messi en la Selección será en 2018. Los amistosos de septiembre (por el momento, contra Guatemala y Colombia), octubre y noviembre, llevarán el sello de la renovación.

El único festejo de Messi en Rusia, frente a Nigeria (Foto: REUTERS/Sergio Perez)
El único festejo de Messi en Rusia, frente a Nigeria (Foto: REUTERS/Sergio Perez)

Otra elemento que también se posará en la balanza de Messi es la temperatura política. Se sabe, hoy mantiene una buena relación con Claudio Tapia. Pero la ola de versiones y audios filtrados que envolvió a la Selección luego de la caída ante Croacia por la fase de grupos del Mundial, entienden alrededor de Messi, tuvo fragancia a interna. Y es un clima que, de continuar, no quiere que el plantel, con muchas caras nuevas y, en consecuencia, piel menos curtida, vuelva a padecer.

"Y no descarto que juegue Qatar, eh", se entusiasma otra fuente con llegada a la intimidad del fantasista. Al próximo Mundial llegaría con 35 años. "Diego -Maradona- jugó en Estados Unidos con casi 34", argumenta con un dato de la otra divinidad futbolística. Es que aún de vacaciones, buscando limpiar la mente tras la frustración, el jabonoso éxito con la Selección aguijonea su paz.

Justo él, el de los 34 títulos con Barcelona, el de los 5 Balones de Oro, con la Albiceleste solo ostenta dos vueltas olímpicas y en Juveniles, en el Mundial Sub 20 de 2005 y en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008. Justo él, la imagen de la victoria en el Blaugrana, mastica el desengaño de las cuatro finales perdidas (tres Copas América -2007, 2015 y 2016- y Brasil 2014). El fuego sagrado lo empuja, aunque le suba el volumen al silencio.

Mientras espera los pasos a seguir, desea que el horizonte le muestre el paisaje necesario para gritar lo que todos los hinchas de la Selección quieren escuchar.

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