El 10 de enero de 2018 Mauro Zárate fue presentado como refuerzo de Vélez. Fue recibido como un ídolo, como una eminencia. Era el regreso de un hijo pródigo, en una situación institucional y deportiva delicada. En conferencia de prensa, dijo: "Todos preguntan, todos los equipos grandes del fútbol argentino. Pero desde un principio siempre dije que iba a jugar en Vélez. Y mi respuesta, con mucho respeto, fue siempre la misma: que en Argentina sólo jugaba en Vélez. Porque soy hincha del club, porque prefiero defender los colores de mi club, porque hacer un gol con otro equipo no es lo mismo que hacer un gol para Vélez".
El 2 de junio de 2018, seis meses después, Mauro Zárate se despide de Vélez para jugar en Boca. De un equipo argentino a otro. El delantero se presentó en la Villa Olímpica, no se cambió con sus compañeros, no firmó la renovación de su contrato y se fue con sus pertenencias y luego de saludar a todos. Horas después, con la explosión de su incorporación a Boca, con la polémica de su desvinculación contractual con su representante (su hermano Rolando Zárate) en ebullición, Vélez respondió.
Los hinchas respondieron y el club, desde el plano institucional, también. Ya circulan por las redes videos de hinchas desilusionados con el desplante de su jugador estrella en los que traducen su furia con la quema de camiseta. El título del video es "traidor hijo de puta". Pero la conciencia es masiva: invitan a una quema de remeras con la nueve y el apellido Zárate.
Ante las acusaciones de traición, la peña Mauro Zárate ya difundió un mensaje alusivo: "La desilusión es grande, estamos esperando información oficial para tomar las mejores decisiones en relación al futuro de la peña, paciencia a cada uno de los integrantes que forman parte, como así también a los seguidores de las diferentes redes sociales, aguante Vélez". Los comentarios son homogéneos: piden cambiar el nombre de inmediato.
Los hinchas se pronunciaron en contra de la figura de Mauro Zárate con unanimidad. Desde los órganos oficiales, Vélez respondió con acciones más protocolares pero igual de inapelables. Determinó borrarlo de sus fotos institucionales: en su cuenta de Twitter, quitaron su imagen y la reemplazaron por la de Fabián Cubero. A su vez, la comisión directiva decidió sacar el rostro del delantero de todos los rincones del estadio. La gigantografía del mural que está en los accesos de la cabecera local, sobre la avenida Juan B. Justo, hoy fue retirada.
El jugador al que los hinchas fueron a buscar a Ezeiza y en su presentación fue recibido por una multitud en el Amalfitani, firmará contrato con Boca por tres años. El desencanto y la desilusión del Mundo Vélez es inmensa. Ni el comunicado oficial de Mauro Zárate en el que intenta explicar su salida pudo bajar la intensidad del enojo.
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