"Ahora sí, somos una familia, no como hace un tiempo", sentencia Sergio Ramos. Pocos periodistas ligados a la actividad del Real Madrid pueden dudar sobre la clara referencia de uno de los símbolos del club.
Ramos intenta explicar que mucho cambió la situación del plantel desde que el portugués José Mourinho se marchó en junio de 2013, luego de tres temporadas en las que no sólo se enfrentó al Barcelona o a la UEFA, sino que dividió a su propio grupo entre los leales y los rebeldes.
Pocas veces a Mourinho le fue tan mal, y al mismo tiempo, su reemplazante, Carlo Ancelotti, tuvo que iniciar una reconstrucción del vestuario desde la temporada siguiente. Pero ya habían aparecido algunos vicios, como por ejemplo, tratar de lograr que una bestia del trabajo y el esfuerzo como Cristiano Ronaldo parara en algunos partidos, o que Iker Casillas continuara en el club cuando el presidente, Florentino Pérez, ya lo tenía entre ceja y ceja desde los tiempos de Mourinho, que lo acusaba de ser el topo que contaba en el exterior lo que ocurría entre bastidores.
Pérez logró que el diario El País quitara del seguimiento diario del equipo al incisivo periodista argentino Diego Torres –autor del libro "Prepárense para perder" acerca de Mourinho- y que se fuera, por fin, Casillas al Porto, pero también emigró otro líder como Pepe.
Un prestigioso periodista de uno de los principales diarios de Madrid señaló hoy a Infobae que "habría que ver qué hubiera pasado si Ramos no metía aquel gol de cabeza tan decisivo ante Atlético Madrid" en la final de la Champions de Lisboa en 2014, con Ancelotti, cuando ya se jugaba tiempo de descuento y los blancos perdían ante los de Diego Simeone, aunque ya luego se impusieron 4-1 en el alargue. "Creo que Pérez habría conseguido que Ramos se marchara", insiste el colega, quien sentencia que el presidente del Real Madrid, y principal accionista de Aceros y Dragados, una de las principales constructoras del país, "piensa con mentalidad empresaria y para él los jugadores son simples empleados que deben cumplir con los objetivos y nada más".
Por eso, llama tanto la atención en el "Mundo Blanco" la actualidad lograda por Zinedine Zidane en menos de tres temporadas completas y camino de la tercera Champions consecutiva (un hecho inédito con este formato de competencia europea) y con una meseta porque ocurre poco y nada digno de mención en el interior del grupo.
Eso no significa que no haya divisiones en la actualidad: los españoles, considerados claves porque hacía mucho tiempo que el Real Madrid no aportaba a la selección española más jugadores que el Barcelona (seis: Daniel Carvajal, Sergio Ramos, Nacho, Lucas Vázquez, Marco Asensio e Isco, contra cuatro) y Ramos lidera claramente este grupo por personalidad, trayectoria y goles en los momentos más trascendentes.
Del otro lado aparece Cristiano Ronaldo liderando el grupo de extranjeros y con algún que otro gesto cada tanto, como cuando esta semana, en el programa deportivo de TV más visto, "El Chiringuito" le dijo al conductor Josep Pedrerol que con el presidente Pérez "la relación es buena, me apoya, aunque quiera más a otros jugadores pero no me molesta porque no tiene porqué quererme más a mí". El portugués se da muy bien con el lateral brasileño Marcelo, más allá de alguna dura pelea en tiempos de Mourinho, pero han vuelto a la mejor relación.
Un periodista que también sigue de cerca la actividad del equipo blanco define la actual situación, con Zidane a la cabeza como "La Cruz Roja". "No pasa nada…los ves a (Luka) Modric, a (Toni) Kroos, y nadie se queja. Y eso que los suplentes van asediando, porque Vázquez y Asensio se van ganando un lugar, lo mismo que Isco sobre Gareth Bale, pero el DT ha logrado una tranquilidad aplastante y hasta Cristiano a veces no viaja y se queda en su casa, muy tranquilo y gradúa los partidos".
Sin embargo, en el Real Madrid están preocupados por Bale y por Karim Benzema. Creen internamente que más allá de la innegable calidad, el carácter de ambos no está demasiado relacionado con la historia del club y con la casta de este plantel y se sigue estudiando qué hacer con ellos en el futuro.
Mientras, Zidane sigue con una forma de actuar parecida a la de Vicente Del Bosque. Siempre una sonrisa, alguna ironía, buen diálogo con el periodismo y una admisión que suena a falsa modestia: "Yo de táctica no sé mucho, no soy muy bueno, pero tengo otras cualidades".
La gran pregunta es qué sucederá con Zidane o con el plantel si mañana Real Madrid pierde ante Liverpool. Con la Liga tirada desde el principio, y la eliminación en la Copa del Rey ante el Leganés, perder la final de la Champions es quedarse sin nada en la temporada.
"No pasará nada. Nunca ocurrió que un DT que termina la temporada sin títulos pueda seguir aquí, pero Zidane es especial y quien llegó a tres finales de Champions seguidas es intocable y Florentino Pérez lo sabe", concluye el periodista consultado.
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