Su exclusión de la Copa del Mundo sabía a injusticia. Nahuel Guzmán fue, paradójicamente junto a Sergio Romero, el único futbolista llamado en todas las convocatorias desde el Mundial de Brasil. Solamente faltó al primer amistoso con Alemania en Düsseldorf en el debut de Gerardo Martino, quien había decidido recompensar a los recientes subcampeones del mundo con esa citación.
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El Patón no tiene a la prensa atrás y desde que se convirtió en profesional mantiene su perfil bajo. Y cuando lo consultan por las publicaciones de su padre tras haber quedado afuera en la lista de 23 antes de la lesión de Chiquito, opta por no agrandar la situación, más allá del dolor que sentía por dentro.
Infobae visitó el Social Lux, club en el que nació futbolísticamente el arquero rosarino de 32 años. "Mercadito", tal como se lo conoce en Barrio Ludueña. Allí, los dirigentes presentes dan cuenta del cariño que le tiene a la pequeña institución, más allá de la distancia. "A él le preguntás dónde quisiera hacer una entrevista y te dice acá, no se olvida de sus orígenes", nos dice Enzo Scala, vicepresidente, que abrió las puertas para que recorramos los rincones donde hizo sus primeras armas en el fútbol.
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El sueño de Guzmán era atajar en primera división, pero estaba lejos. Y no por edad sino por posición en la cancha. El pequeño -pero alto- Patón se ilusionaba con atajar y volar de un palo al otro, pero los técnicos de turno le veían pasta para ser jugador de campo. Su importante talla lo instaló en la cueva: hizo todo el baby fútbol jugando de defensor, antes de irse a probar a Newell's, con edad de novena división. "Acá lo veían grandote y le sacaban provecho abajo", recuerda Enzo.
Aquel "niño centrado y bien educado" creció con la categoría 86 en las inferiores de la Lepra al lado de otro de los convocados para el Mundial como Cristian Ansaldi, más Ezequiel Garay, Lautaro Formica y Hernán Bernardello, entre otros. Debutó en primera en 2005, después de tener un paso por la Sub 17 de la Selección, pero relegado por el paraguayo Justo Villar pasó a préstamo a Independiente Rivadavia de Mendoza, donde estuvo dos años a préstamo. Retornó al Parque Independencia en 2009 y recién en 2012, bajo la dirección del Tata Martino, adquirió protagonismo.
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Fue pieza clave del Newell's que se quedó con el Torneo Final 2013 y pisó las semifinales de la Copa Libertadores ese mismo año. Guzmán consiguió mixturar las atajadas con sus raíces de defensor, adquiriendo un estilo de juego arriesgado y llamativo en el que siempre priorizaba la salida por abajo con la pelota en los pies.
Con su transferencia en 2014 a Tigres de México, donde se convirtió en ídolo en poco tiempo (ya alzó allí cinco títulos), le dio una gran mano a Social Lux por los derechos de formación. Pero ese no fue el único dinero que puso a disposición de Mercadito, sino que los directivos revelaron que en varias ocasiones donó guantes de arquero y pantalones para los chicos de todas las categorías. Además, se encargó de la iluminación de la cancha grande y también del sistema de riego artificial para el cuidado del césped.
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"Considerábamos que era injusto que se quedara afuera del Mundial, no porque haya salido del club y que tenemos nuestro corazón con él, sino por sus actuaciones y que siempre tuvo rodaje", opina Pablo Montero, presidente de Social Lux. Para él no había dudas: "De los tres arqueros, él tenía que ser uno".
Terminada la temporada en México, el Patón se dirigió a Rosario para visitar a familiares y amigos, a la espera de un llamado de Jorge Sampaoli que se demoró más de la cuenta. Los elegidos habían sido Romero, Franco Armani y Wilfredo Caballero, pero la lesión del primero le abrió las puertas.
Los miembros de comisión de Mercadito justamente estaban reunidos y refunfuñaban por su exclusión, hasta que uno de ellos mostró un mensaje en el que se confirmaba su presencia en Rusia. "Se nos llenó la cara de felicidad", dice Pablo, aunque con sentimientos encontrados por la baja del guardameta del Manchester United.
El jugador se había reunido la semana pasada junto a amigos de hace años que llevaron a sus hijos y compartieron un rato con él. Firmó camisetas con su habitual sonrisa, la que también mostró en la inauguración de una biblioteca futbolera en su colegio primario cuando fue abordado por una horda de periodistas que se acercaron para consultarlo por su no convocatoria.
Tiene pasión por el fútbol pero no se embelesa por las mieles que da su profesión. Amante de la literatura (acaba de participar en la segunda edición del libro Pelota de Papel), también le da lugar a cuestiones sociales, por eso lució –en más de una ocasión- a las Malvinas argentinas en su buzo de arquero y homenajeó a las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo. Y durante el ciclo de Edgardo Bauza en la Selección, se bajó del avión en Ezeiza con una remera que rezaba "¿Dónde está Santiago Maldonado?".
Su indulto divino hizo retocar la agenda de un Guzmán que estaba pactando una visita a Social Lux esta misma semana. La baja de un compañero y el llamado de Sampaoli cortaron sus vacaciones y fijaron dos viajes inmediatos: Rosario-Ezeiza y Buenos Aires-Rusia.
Y en Mercadito no pueden contener la emoción por "tener una parte nuestra en el Mundial".