Patrick Kluivert estuvo en el país durante un día. El histórico delantero del Barcelona se mueve con tanta velocidad como en sus días en el Camp Nou. Con el deseo de protagonizar el evento organizado por DirecTV en el campo de polo de Buenos Aires, el holandés llegó para observar de cerca a los fanáticos argentinos que se desviven por el clásico de España. Una pantalla gigante, banderas y camisetas blaugranas, junto a gorras e indumentaria del Real Madrid marcaron una jornada en la que la Ciudad se disfrazó de Cataluña.
Antes de los goles de Luis Suárez, Lionel Messi, Cristiano Ronaldo y Gareth Bale la leyenda del Culé mantuvo un mano a mano con Infobae en el lujoso hotel de Recoleta en el que se hospedó. Naturalmente, sus días en el club donde logró el título de Liga de la temporada 1998/99 fue el puntapié inicial de la conversación. "Mi mejor época fue en Barcelona. Tenía muy buena relación con todos los jugadores que integraron ese equipo. Riquelme, Ronaldinho y tantos otros que tenían distintas características con diferentes estilos que los convertían en jugadorazos", recordó.
El nombre de Juan Román surgió por la admiración que tenía el delantero por el ídolo de Boca. Entre el 2002 y el 2003 el Topo Gigio integró el plantel que por entonces lideraba Louis van Gaal. "Él siempre jugaba detrás de mí y teníamos una buena sintonía. Cada vez que él agarraba el balón, sabía que me iba a buscar en el espacio vacío porque me daba pases decisivos. Tener un jugador como Riquelme fue muy bueno para mi juego", analizó con la nostalgia que le provoca hablar de sus días de gloria.
Sus 6 años en el Barça le permitieron adquirir un español perfecto y conocer de cerca el fenómeno mundial que se aproximaba: el de Lionel Messi. Mientras él desarrollaba los entrenamientos en el primer equipo junto a figuras internacionales de la talla de Overmars, Saviola, Xavi, Cocu, Mendieta, Puyol y Rivaldo, entre otros, en la Masía había un rosarino que despertaba el interés de los que más saben. "Se veía que iba a tener una carrera distinta a la de sus compañeros. Durante mucho tiempo demostró su calidad. Es increíble. Es algo natural que surge de él. Cuando uno lo ve en el campo parece que juega en otro nivel. Para mí es un orgullo y me da mucha pena no haber podido jugar con Leo", se lamenta el goleador que podría haber conformado una de las mejores delanteras de la historia.
Para evitar el cliché de comparar a la Pulga con Diego Maradona, dos astros que figuran entre los mejores 5 jugadores desde que se inventó el fútbol, el desafío pasó por contrastar a Messi con Riquelme, otro de los personajes más queridos de la Argentina: "El caso de Riquelme fue muy diferente al de Leo. Él llegó de una cultura distinta. Venía de conseguir muchas cosas en Boca y se ganó un respeto, pero nunca se podrá comparar con Messi".
Los elogios hacia el capitán de la Selección que buscará la consagración en Rusia no mermaron en ningún momento. Kluivert también es un fanático de la Pulga. Según su mirada, "jugadores como él y Cristiano Ronaldo potencian la Liga, que es una de las mejores del mundo junto a la Premier League".
Naturalmente, la rivalidad que existe entre el argentino y el portugués es un condimento extra en el fútbol de Europa. "Llevan años así. Se disputan el Balón de Oro todas las temporadas a pesar de tener características diferentes. Son dos piezas claves en sus equipos", analizó el holandés con la mirada crítica sobre el resto de los terrenales, dado que "en este momento hay una distancia enorme entre estos 2 jugadores y los demás". "No veo ningún otro jugador que esté mejor que ellos", concluyó. Para la leyenda, la estrella del momento, Mohamed Salah, deberá esperar a que se retiren los extraterrestres del Blaugrana y del Merengue para tener los reconocidos premios que entregan anualmente la FIFA y France Football.
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