Vamos a hablar del Boca bicampeón, el de los 500 días puntero. Es un título merecido por Boca. Además vamos a hablar de que Guillermo Barros Schelotto la vio venir. Cuando nosotros pensábamos que el campeonato se definía mucho antes, que Boca iba a ser campeón en febrero, o a principios de marzo, tuvo que esperar hasta mayo para dar la vuelta olímpica.
Vio venir dos cosas Guillermo. Primero, que el año pasado, el semestre anterior, tenía que sacar la diferencia. Porque él observó que River jugaba la Libertadores, y llegó a instancias definitorias, a semifinales. Que Lanús, que era un candidato en ese tiempo, bien reforzado, llegó a la final de la Copa. Que Independiente jugaba Sudamericana y la ganó. Que Racing también; quedó eliminado en cuartos de final de la Sudamericana. Y esos eran los competidores de Boca en la Superliga.
Entonces, ¿qué hizo?: Se tomó en serio noviembre y diciembre; también antes agosto, septiembre y octubre, como para sacar una diferencia grande, gigante. De 18 puntos con River, 17 con Racing, un poquito más con Independiente; menos con San Lorenzo, porque San Lorenzo termina a tres puntos de Boca el año pasado. Pero, ¿qué pasa?: vende a la figura, vende a (Ezequiel) Cerutti. Y no trae reemplazo.
Mientras, Boca mantuvo lo que tenía. Porque se iba a ir Pavón y lo blindaron; en un momento se podía ir Benedetto y también lo blindaron. Había ofertas por otros jugadores, por Barrios, por Fabra, y los dejaron en el club.
Y además de eso se potenció, porque trajo a Wanchope Ábila, incorporó a dos laterales por las dudas, y a Bebelo Reynoso para conducir, más allá de la llegada de Tevez. Es decir, Boca mantuvo la base y se reforzó con cinco futbolistas que en algún momento aportaron lo suyo; especialmente Wanchope Ábila en este sprint final.
Guillermo vio que el año pasado debía hacer la enorme diferencia, y este año la tenía que aguantar. Porque recuerden ustedes que nosotros, los periodistas, le decíamos a Guillermo en conferencia de prensa: "Ya está, Guillermo, es el fin de semana que viene". Y él decía: "No, falta mucho todavía".
Y tenía razón, porque cuando empezó a competir en el torneo local y en la Copa, y el equipo comenzó a viajar, y se lesionaron los jugadores; y perdió con River, que eso mentalmente te bloquea, empezó a perder puntos. Y era un auto de carrera, que en 60 vueltas iba ganando, pero que en las últimas diez, hasta llegar al final, estaba desesperado por ver la bandera a cuadros.
¿Qué pasará con él? Es la gran pregunta. Porque da la sensación de que si Boca pasa el miércoles de ronda en la Libertadores, hay Guillermo en Boca con tranquilidad hasta diciembre.
Ahora la pregunta es: si Palmeiras pierde con Junior y Boca se queda afuera, ¿qué pasará con él? ¿Se quedará igual a jugar la Copa Sudamericana? Porque Angelici siempre soñó con Guillermo. Siempre su ideal de técnico fue Guillermo Barros Schelotto.
Ahora en la convivencia se dan situaciones que por ahí no son las que se esperan. Porque llega Tevez y no es el capitán, no es la figura, es un Tevez con un rol secundario. Y Wanchope Ábila, que es un jugador del presidente, no jugó de entrada; se tuvo que ganar el puesto. Y Guillermo se dio recién en el final.
Muchos hablan de que Jorge Almirón es el gran candidato a reemplazar a Guillermo. No sé cuándo; no sé si es ahora o en diciembre. Lo cierto es que Boca es bicampeón, pero quiere el tri, cosa que nunca consiguió.
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