Una vez más, la contabilidad de un club grande está siendo auditada por la Justicia. San Lorenzo tuvo causas por administración fraudulenta en la época de Miele hasta que fue absuelto en 2010, River aún mantiene procesada por ese delito a la mayor parte de la comisión directiva de la gestión Passarella, Boca bajo el mandato de Macri también fue denunciado y absuelto, Independiente está en el ojo de la tormenta por un proceso que abarca la actual administración, y ahora es su vecino, Racing, el que enfrenta una situación que se remonta a 2012, cuando el presidente del club era Gastón Cogorno.
Bajo la dirección de la jueza Estela Del Carmen Mollo, titular del juzgado de garantías 10 de Lomas de Zamora y con el fiscal Guillermo Castro a cargo de la investigación, la Justicia allanó la sede del club buscando pruebas de facturas apócrifas que fueron descontadas en una cooperativa, en una maniobra muy similar a las denunciadas ante la Justicia en la causa de Fútbol Para Todos y que terminó con directivos y ex funcionarios procesados por la magistrada Servini de Cubría.
En este caso, lo que está por dilucidarse es la entrega de seis cheques por 100.000 pesos cada uno a un proveedor de mantenimiento de estadio, es decir, que hacía la verificación técnica para lograr la habilitación del Cilindro de Avellaneda para que Racing pudiera por esa época jugar de local sin riesgo a clausura alguna. Lo que está denunciado es que esta empresa presuntamente jamás habría cobrado esa suma, por lo que se supone que las facturas asentadas en la contabilidad del club podrían ser apócrifas y alguna mano traviesa se habría llevado de la institución un dinero indebido.
¿Quién está acusado del tema?
En principio el máximo responsable de Racing en aquella época era Guillermo Cogorno, y por estatuto es la persona con autorización para dar o frenar pagos. El actual presidente, Víctor Blanco, era vicepresidente segundo (el uno era Rodolfo Molina) pero no tenían firma legal.
Seguramente el ex titular de la Academia será llamado a brindar su testimonio sobre el hecho, que tiene otra particularidad que complica un poco la causa: los papeles que el fiscal fue a buscar al club no estaban, porque Racing tiene otra causa judicial en este caso en la justicia penal tributaria de Quilmes, por retención indebida de aportes, que le inició la AFIP y que ahora está pagando tras entrar a una amplia moratoria. Y en un allanamiento previo en 2013 se llevaron todo. También a fines de 2014 el club sufrió otro procedimiento judicial en este caso por el Fútbol para Todos.
La pregunta del millón es si estas seis facturas son las únicas o se trata de la punta de un ovillo que perjudicó al club en varios millones de pesos. Para dilucidarlo, Racing deberá presentarse como querellante e impulsar el caso. Y así dejar las cosas claras, en un fútbol que no para de vivir a las sombras.