Difícilmente haya alguien que pueda describir al fútbol como fenómeno social. El deporte más popular del planeta es considerado una pasión cultural que trasciende fronteras. En la Apertura del Diálogo Latinoamericano que se dio en la Feria del Libro se intentó llegar a una definición con los reconocidos autores de la región Juan Villoro y Eduardo Sacheri.
Unas copas de agua mineral sin gas, tres cómodos sillones negros que se mimetizaban con la alfombra gris y la mediación del periodista Horacio Covertini fueron suficientes para que la velada transcurra en un ambiente futbolero endulzado con las plumas de los escritores.
"Cuando era niño tenía buena memoria para recordar alineaciones, cosa que solo ocurre con la pasión. Hay gente que no recuerda fechas de aniversarios y sabe la formación de Hungría cuando estuvo cerca de ganar el Mundial en 1954, sin ser húngaro", dijo el mexicano después de dar el puntapié inicial a la conversación.
Para Sacheri, en cambio, el fútbol le enseñó varias cosas y también se refirió a su infancia para explicarlo: "Cuando era chico era muy tímido, y por unos hechos desafortunados que se produjeron en casa tuve que salir a buscar amigos a la calle. Encontré que siendo arquero me podía sentir más valorado. Como siempre prioricé el sacrificio sobre el talento, descubrí que muchos me querían para que me desviva en el arco y los equipos se peleaban por tenerme. También aprendí a perder, porque todos perdemos en la vida. Yo era el hijo mimado por ser el menor, y mi familia siempre me dejaba ganar. Así, entendí que cuando uno pierde siente rabia, pero me di cuenta que hay que reconocer la derrota con hidalguía".
Para algunos se tratará de 22 personas que corren detrás de una pelota. El sentido, el deseo, el orgullo, la planificación, las ideas, la improvisación, el miedo, el coraje y todos los sentimientos que se producen durante 90 minutos son ignorados por los simplistas que comprenden al fútbol como una disciplina menor de la vida cotidiana. Sin embargo, para el bonaerense que se crió en las calles de Castelar "se trata de un juego de vida o muerte (metafóricamente hablando)".
"Uno en cada partido siente que deja todo, y la derrota es algo similar a la muerte. Pero cuando el partido termina, uno se pregunta ¿con quién es la próxima fecha? Y todo renace en lo que podría decirse como un nuevo desafío", argumentó.
Como ambos autores forjaron sus carreras en diversos géneros como la ficción, también hubo tiempo para la ucronía. Por ejemplo: ¿Qué hubiera pasado si Messi hubiese aceptado jugar para la selección española?
Para Villoro la historia no se hubiera modificado porque su respuesta se ampara en los antecedentes que dejó el Barcelona de Guardiola: "El equipo de Pep fue el campeón en Sudáfrica 2010 sin contar con Messi. No puedo imaginar a una España con Messi, porque Leo es muy argentino. Solamente él pudo calcar de manera perfecta el gol que Maradona le convirtió a Inglaterra en el Mundial de México. Fueron 2 obras exactas realizadas por 2 argentinos".
Sacheri, en cambio, se despachó con una hipótesis más pragmática al asegurar que "España tendría 2 ó 3 títulos mundiales más en su haber".
Naturalmente, la obligada y odiosa comparativa del crack rosarino con Diego Maradona no se pudo evitar. Como el mismo dramaturgo azteca describió, el caso de Pelusa sería similar al del Dr Jekyll y Mr Hyde, ya que "es un fuera de serie por lo que él representa y sus frases". "Hacer un gol con la mano es una picardía, pero decir que fue La Mano de Dios es crear un mito", analizó Villoro y continuó: "Es el único que ha marcado la diferencia en sus equipos. Brasil en 1970 podría haber ganado igual el Mundial sin Pelé, pero difícilmente Argentina lo hubiera conseguido sin Maradona en 1986″.
En este sentido, el escritor bonaerense agregó que "es más literario el Maradona que está punto de desintegrarse que el astro futbolístico. Para el género es más funcional el Diego con las alas rotas que está volviendo a la tierra".
La extensa charla que paralizó la sala Victoria Ocampo del Pabellón Blanco de La Rural debía tener un cierre, pero la conclusión fue difícil de encontrar. En su intento, Juan Villoro reconoció que "los argentinos no le pueden agradecer a Messi lo que hace porque todavía no pudo ganar un Mundial, y difícilmente lo pueda hacer en Rusia. A pesar de ser el mejor de todos, no tiene el acompañamiento indicado para lograrlo".
En la misma sintonía, Sacheri advirtió que "cada jugador argentino que surja será comparado siempre con Maradona, y eso es muy injusto". "Es un peso muy grande ponerlo a la altura de un mito", argumentó.
"Es lamentable que se tenga que depender de un Mundial para reconocer la figura de Messi. La gente se olvida que la nacionalización de Diego se dio en 1986, porque antes solo lo querían los hinchas de Argentinos y Boca. Ojalá Leo pueda construir esa épica en Rusia", confesó Sacheri y concluyó: "Una de las razones principales por las que quiero que Argentina se quede con la Copa del Mundo se remite a Lionel, porque Messi se volverá un personaje literario si no gana un Mundial. Ojalá que no pase".
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