Hugo Moyano, como presidente de Independiente, incorporó desde el inicio de su gestión a más de 40 jugadores para reforzar el plantel de primera división. Cada uno de esos contratos están en la mira de la Justicia, que investiga al líder camionero y a su hijo Pablo como posibles organizadores de una organización para lavar dinero.
Es por ello que el juez federal Luis Armella dispuso durante la mañana de hoy múltiples allanamientos en las oficinas de la AFA, en Agremiados y en la sede social de Independiente. El magistrado solicitó documentación de estos contratos y registros del plantel profesional del club de Avellaneda.
La Justicia inició una investigación a partir de la declaración indagatoria del jefe de la barra brava del club Pablo "Bebote" Álvarez, que hoy se encuentra detenido, y de Damián Langaronne, su hombre de confianza. Los principales delitos por los que la fiscal pidió investigar a los Moyano son la supuesta extorsión a diferentes empresas privadas para obtener beneficios propios o materiales para la construcción del estadio de Independiente y el manejo irregular de los pases de los jugadores, entre otros delitos.
Sobre este último punto, "Bebote" Álvarez aseguró que Pablo Moyano controlaba todas las operaciones de los jugadores. Según relató el jefe de la barra, negociaba con los representantes la situación de cada futbolista.
Los investigadores analizan un patrón común en casi todos los refuerzos de la gestión Moyano: futbolistas que no arribaron en la mejor condición física, o bien fueron contratados pese a tener sobrepoblación en las posiciones en las que se desempeñan, con la excepción del volante Emiliano Rigoni (hoy en Rusia) y Nicolás Tagliafico (hoy en Holanda).
Entre otros, en la órbita de la Justicia está el pase del experimentado futbolista uruguayo, Christian "Cebolla" Rodríguez. Independiente abonó una cifra cercana al millón de dólares para hacerse con el jugador cuyo pase pertenecía al Atlético de Madrid, pero a pesar de haber firmado contrato hasta mediados de 2017, medio año antes el mismo fue rescindido. De un total de 56 partidos, disputó solo 34.
Otro ejemplo es el del defensor Emiliano Papa, quien arribó al club proveniente de Vélez Sarsfield en condición de libre. Pese a ello, se debió abonar como resarcimiento una deuda de $3 millones de pesos que la institución de Liniers mantenía con el jugador. Su vínculo fue firmado por dos años. Sin embargo, el mismo duró solo un año, tras haber sido cesado de común acuerdo.
Otras de las contrataciones señaladas por "Bebote" Álvarez fueron las de Gabriel Graciani y Claudio Aquino. El primero de ellos arribó a Independiente en enero de 2015 a los 21 años de edad. Llegó en carácter de préstamo desde Estudiantes de la Plata, por el cual se abonaron cerca de $150 mil dólares. Disputó un total de 7 partidos de los 20 que jugó el club en el semestre y a mediados de 2015, en común acuerdo, finalizó su vínculo para ser cedido a préstamo a Atlético Rafaela.
En lo que concierne a Claudio Aquino, habría arribado tras un arreglo con su representante para poder contratar al volante central uruguayo Diego "Torito" Rodríguez. Dicho tipo de contratación no habría sido la única efectuada por la dirigencia, puesto que en el mismo mercado de pases, para poder contar con el pase de Nicolás Tagliafico, debieron adquirir el pase del defensor derecho Gustavo Toledo, quien tras no haber rendido de manera sostenida, fue cedido a préstamo al Club Colón de Santa Fe.
Por el pase de Claudio Aquino, Independiente abonó $900 mil dólares. Su rendimiento físico dejó mucho que desear, al igual que su comportamiento fuera de las canchas. Por tal motivo, la dirigencia terminó dejando al jugador en libertad, perdiendo la inversión de casi un millón de dólares.
Otro caso de investigación es la transferencia de Christian Ortiz. El mediocampista de 25 años de edad aún se encuentra en el club, pese a no jugar para el primer equipo ni para la reserva. Arribó a comienzos de 2015, y tras haber disputado pocos partidos en el primer semestre, fue cedido un año y medio a préstamo al fútbol de Perú. Retornó a Argentina a comienzos de 2018, sin haber podido jugar ni un minuto en lo que va del año.
La compra de su pase no pasó desapercibida debido al monto abonado -$450 mil dólares- por un jugador que no era conocido en el ambiente del fútbol. Por el préstamo de este jugador al Sporting Cristal, Moyano pidió que el pago de 100 mil dólares fuese efectuado en una cuenta en Liechtenstein. Dicha cuenta fue abierta durante la gestión anterior, presidida por Javier Cantero, quien esgrimió que dado que el club tenía todas sus cuentas embargadas, necesitaba dicha cuenta para cobrar derechos de formación. Sin embargo, al momento de la celebración del préstamo de Christian Ortiz, las cuentas de Independiente ya no se encontraban embargadas.
El juez Armella recibió la causa por parte del juez de garantías de Lomas de Zamora Gabriel Vitale, el magistrado interviniente en el proceso por asociación ilícita de la barra brava Roja, que tiene en prisión a "Bebote" Álvarez, y, entre otros, al vice del club, Noray Nakis.
El jefe de la barra aseguró, en una entrevista desde la cárcel, que tanto "Hugo como Pablo Moyano lavan plata". "¿Sabés quién maneja el buffet del predio de Independiente? El mozo de Moyano. ¿Sabés dónde va a parar la plata de los pases de los jugadores o de la reventa de entradas que organizan ellos? A la financiera Global Finanzas SA que queda en la calle Reconquista y uno de sus dueños es otro hombre de Moyano, Fabio Fernández, que además es dirigente del club", indicó en aquel momento.
SEGUÍ LEYENDO