Mientras todas las miradas estaban puestas en Barranquilla por el partido de Junior y Boca, en el norte argentino Atlético Tucumán recibió a Peñarol en la otra final de la fase de grupos de la Copa Libertadores.
Como ambos equipos llegaron a la quinta fecha con 6 puntos, el cruce en el Monumental José Fierro se vivió con una intensidad notable. La carga emotiva y la necesidad por el triunfo marcaron el ritmo de un espectáculo trabado y accidentado.
Los golpes que recibieron Gervasio Núñez y Augusto Batalla, junto con la lesión que sufrió Mathías Corujo fueron un claro ejemplo de lo que estaba en juego: el futuro en el certamen más codiciado del continente. Por lo tanto, durante toda la primera etapa los protagonistas se preocuparon más por el roce físico que por la creatividad con la pelota.
Recién en el complemento el Decano logró abrir el marcador. La sociedad ofensiva compuesta por Acosta y Leandro Fernández le permitió al ex Lanús festejar el solitario 1 a 0. Fue el grito de esperanza lo que activó al conjunto argentino, dado que la victoria le dio la posibilidad de soñar en grande.
Atlético Tucumán llegó a las 9 unidades y buscará cerrar su clasificación en Paraguay ante Libertad. La igualdad le será suficiente para acceder por primera vez en su historia a la fase de los mejores 16 de América. En cambio, el Carbonero esperará el milagro en Montevideo frente a The Strongest.