Allá en Casilda, en la provincia de Santa Fe, donde acunaba sus sueños de arquero, el niño y luego adolescente Franco Armani venía cómo desde la pared de su cuarto los grandes lo observaban, le marcaban el camino, lo guiaban hacia donde está. Ese póster que lo acompañó en aquellos días de ilusiones volvió a brotar, gracias a la entrevista que el portero figura del Millonario le brindó a la Revista 1986.
"Estaban Enzo Francescoli, el Burrito Ortega, Gallardo. El Mono Burgos también, al que admiraba mucho. Me acuerdo de que tenía el poster del equipo", comentó el guardameta, de 31 años.
En la nota, Armani contó que su simpatía por River data de aquellos años en los que ser arquero profesional era apenas una pasión, un proyecto. "River me gustó desde chico, siempre tuve admiración por el club", dijo. Y señaló a la herencia familiar el link con el club. "Mi mamá y varios familiares son de River. Lo seguía por televisión y a veces tenía la oportunidad de venir a algún partido", describió.
Y el lazo afectivo lo unió a aquella alineación que, con Ramón Díaz como entrenador, arrasaba a nivel local y logró la Copa Libertadores en 1996. El destino quiso que su camino se cruzara con el de dos históricos que lo acompañaron desde el poster: Enzo Francescoli, hoy manager del club, y Marcelo Gallardo, el entrenador que tanto insistió por él.
Armani, cómodo en el lugar donde quería estar, devuelve la confianza con actuaciones de primer nivel, que lo colocaron en la órbita de la Selección en el umbral del Mundial. Para edificar su estilo, además del citado Burgos, se mira al espejo de una estrella del arco. "Me gusta mucho el alemán Neuer. Pero miro mucho fútbol para mejorar y corregir cosas", concluyó.
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