Piñas, empujones y acusaciones de corrupción: escándalo en Deportivo Riestra-Aldosivi

El clímax de la pelea, sobre el final del primer tiempo, se inició con un golpe del defensor Ezequiel Parnisari al mediocampista Gonzalo Bravo. Pero detrás de una incidencia en el torneo subyace una pelea que engloba a toda la B Nacional

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El partido ya traía temperatura elevada por todo lo que se había hablado en la previa. Y, durante los 90 minutos, explotó: el partido entre Deportivo Riestra y Aldosivi (que ganó el local 1-0, con gol de Gonzalo Bravo), por la Primera B Nacional, vivió momentos de extrema tensión, con clímax en la pelea entre el defensor Ezequiel Parnisari y el autor de la única conquista. Y terminó con una explícita acusación de corrupción por parte de un referente del club de Mar del Plata.

Para entender el por qué de tal nivel de efervescencia hay que hacer un poco de historia. Por el escándalo contra Comunicaciones en el duelo por el Ascenso a la B Nacional, al conjunto del Bajo Flores el Tribunal de Disciplina de la AFA le había descontado 20 puntos. Dicha sanción, luego, fue disminuida en diez unidades por el Tribunal de Apelaciones. Así y todo, la dirigencia de Riestra apeló en el TAS (Tribunal Arbitral del Deporte) para recuperar la totalidad de los puntos, pero todavía no se expidió. Y recién lo haría dentro de 30 o 60 días.

Con el descuento de puntos, Riestra está descendido. Con las 10 unidades, incluso, tendría chances de ingresar al Reducido para pelear por un lugar en Primera. En ese contexto, el equipo de Jorge Benítez continuó jugando los partidos con la esperanza de contar con el mentado paquete de puntos. Venía de ganar dos partidos con arbitrajes extremadamente polémicos (1-0 a Ferro, club al que le anularon un gol por un offside inexistente, y 1-0 a Independiente Rivadavia, rival directo en los promedios; a la Lepra no le convalidaron un grito lícito).

Un flash durante el primer
Un flash durante el primer tiempo del duelo en el Bajo Flores. (Foto: @clubldosivi)

En el medio, para el partido ante Aldosivi, fue designado Julio Barraza, un árbitro con excelentes estadísticas cada vez que dirigió a Riestra. El conjunto marplatense también se juega mucho: está tercero, a dos puntos del líder Almagro. El puntero asciende a la elite directamente.

Con ese combo de por medio, se midieron esta tarde. Y explotó todo por el aire. El fósforo lo encendió la pelea entre Parnisari y Bravo. Segundos después de que el volante ex Fujairah (lo dirigió Maradona) convirtiera el gol, el defensor le aplicó una piña sin pelota, con la que le dejó un ojo inflamado.

Luego fue el mediocampista el que le tiró un cachetazo y amagó a quitarse la camiseta para pelear. Dicha acción generó que Barraza amonestara a Bravo y que los dos planteles terminaran el primer tiempo a los empujones e insultos.

La cuenta de Twitter de Riestra reclamó la piña con una foto de Bravo lastimado. El partido siguió caliente y el local terminó imponiéndose 1-0. Pero Roberto Brum, referente de Aldosivi, dejó una sentencia inquietante:  "En este país hay mucha corrupción a otro niveles, imaginate sino va a haber problemas en un partido de fútbol".

Riestra celebró como si no estuviese descendido. Es que, antes del encuentro, se desarrolló una audiencia en la Universidad Austral de Buenos Aires. Allí, con la presencia de Víctor Stinfale (abogado y gerenciador del club), Matías Morla, Andrés Patón Urich y Ariel Reck, letrados de AFA, el TAS informó que la sentencia saldrá dentro de 30 o 60 días.

En consecuencia, dado que a esa altura el certamen ya estará finalizado, se viralizó la noticia de que Riestra descendió definitivamente y, si la resolución termina siendo positiva, podría iniciarle una demanda por "daños y perjuicios" a la AFA. Morla lo desmintió, también a través de redes sociales.

Por lo pronto, los descensos, el campeón y los que jugarán el Reducido se definirán el lunes: todos los encuentros se jugarán a las 15.30. De Juventud Unida (Gualeguaychú), All Boys, Mitre, Boca Unidos, Independiente Rivadavia y Nueva Chicago, descenderán tres. Sin contar el controvertido caso Riestra, a la espera de una definición que, a juzgar por todos los hechos, resulta cuanto menos resulta desprolija.

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