"Cuando pierdo el sentido de motivación y el sentido de demostrar algo como jugador de basquetbol es tiempo de que me aleje del juego", con esa frase, un 6 de octubre de 1993, Michael Jordan, uno de los mejores deportistas de la historia, anunció su retiro.
La noticia eclipsó el planeta. Su Majestad se despedió en uno de los mejores momentos de su carrera, tras batir récords que parecían inalcanzables, tras lograr su tercer anillo con los Chicago Bulls y volver a ser el MVP de las finales.
En el auge de la globalización, Jordan era una de las caras más famosas del planeta. Su trascendencia traspasaba la pelota naranja, al ser figura de grandes marcas y el encargado de liderar el famoso Dream Team.
Quizá esta "presión mediática", sumado a rumores de estar vinculado en apuestas deportivas y el asesinato de su padre (James Jordan, el 23 de julio de 1993), contribuyeron para que tome esta inesperada medida.
En un giro radical en su carrera, Michael incursionó en el béisbol, en una especie de tributo a su papá (su deseo era ver a su hijo con el bate en la mano y no con una pelota naranja). Gracias a su vínculo con Jerry Reinsdorf (propietario de los Bulls), se unió a los White Sox de Chicago; aunque tras algunas prácticas terminó jugando en las ligas menores para los Barons de Birmingham en 1994 (luego recaló en los Scorpions de Scottsdale).
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Pese a contar con una gran condición atlética, su performance no fue la mejor. Un claro ejemplo fue la dura tapa que le dedicó la revista Sport illustrated con el título "Bag it, Michael" (algo así como "Michael, recoge tus cosas").
Mientras MJ buscó batear la pelota y robar bases, los Bulls siguieron siendo un equipo competitivo con Scottie Pippen como figura, pero quedaron afuera de la carrera por el título en segunda ronda al ser eliminados a manos de los New York Knicks.
Pero la vida de Jordan volvió a dar un giro inesperado cuando nadie se lo esperaba. Durante una huelga de la MLB, el 18 de marzo de 1995, y mediante un escueto pero contundente comunicado, el escolta anunció su vuelta: I'm back (Estoy de regreso).
Con el 45 en su espalda (la franquicia de Illinois había retirado el 23 en su honor), su Majestad tuvo un regreso triunfal en el mítico Madison Square Garden, al marcar 55 puntos. Con His Airness en el campo, los Bulls ganaron 13 de 17 encuentros para ingresar a los playoffs, donde fueron eliminados por los Orlando Magic de Shaquille O'Neal en las semifinales del Este.
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Luego, la historia es más conocida. Con el desembarco de Dennis Rodman, Chicago volvió a ser amo y señor de la NBA, al conquistar tres campeonatos de manera seguida con un estelar Michael Jordan.
Michael Jordan y Bugs Bunny, una sociedad que hizo historia:
Aunque este dúo se hizo famoso mundialmente tras el estreno de Space Jam, el basquetbolista y el conejo ya habían trabajado juntos. Los dos protagonizaron el spot Hare Jordan, durante el Super Bowl de 1992.
Tras el éxito conseguido, el director Joe Pytka quiso repetir la fórmula y buscó unirlos, pero en esta oportunidad para llevarlos al cine, un lugar en el que MJ nunca había estado.
Recibió una enorme cantidad de propuestas para aparecer en distintos cameos de diferentes películas, pero su agente siempre las rechazó debido a que "Michael sólo puede hacer de Michael Jordan".
Antes de iniciar su regreso triunfal a los Bulls y mientras dejaba atrás su travesía por el béisbol, Jordan aceptó protagonizar la película más taquillera sobre básquet de la historia.
En ella, el '23' ayudó a los Looney Tunes a ganar un partido contra unos monstruos que le habían robado el talento a jugadores de la NBA como Charles Barkley, Patrick Ewing, Muggsy Bogues, Larry Johnson y Shawn Bradley.
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