Quién es Felipe Melo, el "carnicero" de Palmeiras que casi "rompe" a "Wanchope" Ábila y debió ver la roja

El mediocampista, que registra constantes episodios de violencia en su carrera, le pegó una patada descomunal al atacante de Boca: el árbitro Andrés Cunha lo perdonó. Y también golpeó Pérez y a Cardona. El historial de su conducta agresiva

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"Si no fuese futbolista hubiese sido un asesino". La frase pertenece a Felipe Melo (33); la pronunció en una entrevista concedida en abril de 2015 a Sky Sports, en la que recordó sus orígenes en una favela de Río de Janeiro donde perdió a muchos de sus amigos o conocidos a manos de criminales y narcotraficantes.

Felipe Melo, 34 años, juega de mediocampista defensivo. Jugó un Mundial, en Sudáfrica 2010. Edificó una dilatada trayectoria en Europa, luciendo las camisetas de Juventus, Inter y Fiorentina, entre otros clubes renombrados. Pero, más allá de sus virtudes, el exceso de violencia suele (con demasiada habitualidad) jugarle en contra. Por algo lo apodan "carnicero". Y Ramón Ábila puede dar fe.

(AFP)
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Ocurrió en el primer tiempo, Wanchope fue a disputar una pelota y el brasileño le tatuó los tapones en el muslo. El árbitro Andrés Cunha sólo le mostró la tarjeta amarilla, a pesar de la violencia de la patada. Sin embargo, Melo continuó haciendo méritos para ser expulsado.

Instantes después del golpe a Ábila, empujó a Pablo Pérez. Y en el inicio de la segunda parte le pegó un codazo en el pecho a Cardona y, al caer, dejó los pies arriba y le tiró una patada sutil, para que el juez no lo advirtiera. Como bonus track, apenas ingresó Tevez, le propuso un cruce dialéctico.

Los antecedentes de sus reacciones violentas sobran. Fue protagonista en la gresca descomunal en Peñarol-Palmeiras de la edición pasada de la Libertadores, a partir del golpe de puño que le propinó al uruguayo Matías Mier.

En 2015, cuando jugaba en Galatasaray se peleó con un compañero en pleno encuentro ante Bursaspor, por la Copa de Turquía.

Y el fin de semana ya había quedado envuelto en una polémica por haberle pegado una piña por la espalda a un adversario en la definición del torneo paulista, que quedó en manos del Timao. A juzgar por su historial, tal vez Wamchope la sacó barata…

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