Barcelona no fue una aplanadora, pero pese a no mostrar su mejor versión logró prácticamente sentenciar la serie de cuartos de final de la Champions League ante Roma gracias al 4 a 1 conseguido en el Camp Nou.
Todo era alegría para los azulgranas, salvo para Lionel Messi. Pese a tener una buena actuación, el argentino se marchó al vestuario cabizbajo y pensando en los próximos desafíos que se le avecinan a los catalanes, entidad que intentará conseguir la triple corona: Liga de Campeones, Copa del Rey y La Liga.
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Según informa el Diario As, la Pulga tuvo una inesperada confesión. Le reconoció a sus compañeros que "no está a tope", algo que le molesta y que buscará mejorar de cara a la recta final de la temporada (anhela llegar en óptimas condiciones al Mundial de Rusia).
El oriundo de rosario fundamentó esta afirmación recordando sus problemas físicos, los cuales le privaron de disputar los dos amistosos con la Selección (ante Italia y España) y tener que ingresar en el segundo tiempo ante Sevilla por el torneo local.
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Messi no pudo entrenarse con normalidad buena parte de los días previas al choque contra los italianos y se pasó la mayoría del tiempo trabajando en el gimnasio. Incluso en algunos momentos del encuentro se tomó con gestos de dolor una de sus piernas, pero el cuerpo médico le transmitió tranquilidad.
Sin embargo, en el seno del plantel confían en que en una semana o diez días volverán a ver la mejor versión del argentino. El rotativo no descarta que el sábado ante Leganes pueda tener descanso.
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