El desaforado festejo con insultos de Pablo Pérez en el 2-1 de Boca: ¿para quién fue el mensaje?

El desahogo del capitán del "Xeneize" causó sorpresa. Y develó una historia detrás. "Vivimos dos, tres semanas muy duras. Son todos los nervios que pasamos; no sólo nosotros, también los hinchas", dijo

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Boca Juniors superó  a Talleres,
Boca Juniors superó  a Talleres, en un encuentro válido por la 21ra. fecha de la Superliga (Télam)

Minuto 47 del segundo tiempo, Boca iguala frente a Talleres, su escolta, en La Bombonera; no logra terminar de quebrar la primera edición. El centro deriva en Wanchope Ábila, que se acomoda y lanza el centro, una verdadera daga, que se topa con la rodilla goleadora de Pablo Pérez. Es el 2-1 para el Xeneize, el telón lento para el campeonato. Y el desahogo. Desaforado.

Pérez, el capitán del equipo, se abraza con sus compañeros, recorre la cancha pegado a las tribunas, insulta direccionadamente. "La c… de su madre, putos, putos, putos", repite, enajenado. Enfoca, preferentemente, en la platea baja frente a los palcos del estadio, donde está el acrílico, cerca de la salida del túnel.

La TV, luego, desentraña parte del misterio de los insultos: un hincha, vestido de amarillo, cuando el plantel se marchaba al vestuario en el entretiempo, insultó a Pérez. Y no olvidó. Cuando conquistó el 2-1 agónico, se acordó. Y apuntó…

Pero el contexto del desahogo también se dio luego de la apretada por parte de la barra brava que sufrió ayer la plantilla, en las instalaciones del club.

Allí, el grupo violento le habría remarcado a los futbolistas la importancia de obtener la Superliga, la prioridad orientada a la Copa Libertadores, y habría comenzado con la recaudación de dinero para que 90 barras puedan viajar al Mundial.

(Télam)
(Télam)

"Tenía muchísima bronca, porque fue uno de los peores partidos que jugué. Hacer un gol en un partido trascendente como este, el gol sobre el final…", justificó su festejo.

"Es un paso muy importante, era el partido para el campeonato. Vivimos dos semanas, tres semanas muy duras. Y ganar así…", agregó el ex Newell's, de 32 años. "Son todos los nervios que vivimos; no sólo nosotros, también los hinchas", intentó dar por cerrado el tema, todavía en el campo de juego.

¿Pero hubo dedicatoria? "A mi viejo y a mi vieja, que hace mucho que no los veo, deben de estar en mi casa", volvió a correr el foco.

Tras la ducha, el mea culpa

Ya a la salida del vestuario, Pérez bajó varios cambios y ofreció disculpas. Y confirmó que el foco de descarga era aquel hincha en la platea. "Se me salió la cadena. Me enojé en vez de disfrutar el gol", aceptó.

"Fue para un hincha que me insultó en el entretiempo. Es bueno aclararlo porque la gente se portó increíble. Por ahí después del partido contra River y del empate en Tucumán pudo haber estado murmurando o insultando y nada que ver"", completó. Eso sí: desmintió la "reunión" con la barra.

Para cerrar la historia, Cristian Alonso, el receptor del desahogo de Pérez, habló en TyC sports: "No lo insulté, lo que le dije fue que no puede hacer un foul boludo cerca del área al final del primer tiempo. Eso le dije, pero se ve el "boludo". Ya está. Pablo Pérez es un monstruo".

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