La conversación íntima que Oscar Ruggeri mantuvo con Mirko Saric, tiempo antes de que se suicidara

A casi 18 años de la muerte del jugador, el ex director técnico de San Lorenzo contó los detalles de la charla y expresó su impotencia por no haber contado con las herramientas para ayudarlo

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El tema de debate en el programa 90 minutos de fútbol, por Fox Sports, era cómo debía asistir Racing como institución, y el cuerpo técnico de Eduardo Coudet en particular, a Ricardo Centurión, tras el último escándalo que protagonizó. En ese contexto, Oscar Ruggeri apeló a una anécdota para ilustrar lo difícil que puede ser para los entrenadores manejar situaciones personales complejas. La narración silenció a todo el estudio.

El relato del Cabezón retrotrajo los hechos al año 2000. En ese entonces, se desempeñaba como director técnico de San Lorenzo, y se hallaba al frente de un plantel al que había nutrido de juveniles. Uno de ellos era Mirko Saric, un mediocampista con buen pie, el protagonista de la historia, quien luego de una irrupción fulgurante en Primera se terminó quitando la vida el 4 de abril de ese año.

"Yo lo hice debutar en Primera. De familia bárbara, le hice firmar a Miele (presidente del club) un contrato por tres años, le dije: 'Este pibe la rompe, firmale contrato porque te lo van a sacar…'. Una facha infernal, le tenía que sacar las pibas del hotel cuando concentrábamos. Todo en condiciones de decir: ¿qué problema?", prologó su anécdota.

"Un día me golpea la puerta, me dice: '¿Puedo hablar con vos?'. ¿Qué estaba esperando yo? Que dijera 'mirá, yo por izquierda no me gusta jugar', yo lo hacía jugar por izquierda; 'no tengo marca', no sé… Me senté en la cama y me dice… 'No le encuentro sentido a la vida'. Así, de la nada. A mí", detalló el momento en el que se vio involucrado.

"Yo le dije: 'Tenés a tu papá, tu mamá, tus hermanos, tus amigos, los pibes del plantel te quieren, firmaste contrato, jugás al fútbol, que es lo que querés'. 'No me pasa por ahí', me respondió. Yo no sabía otra cosa. Entonces lo llamé a su papá y le conté. Me avisó: 'Quedate tranquilo que está tratándose con un psiquiatra'. Y después pasó lo que pasó", continuó.

"Yo al pibe lo hice debutar, a todos los chicos les hablaba, los concentraba desde el jueves al domingo, para que comieran bien, para que estuvieran bien… Pero hay temas que te superan", explicó, planteando la profundidad de lo que le tocó afrontar y, de alguna manera, subrayando la necesidad de una contención que va mucho más allá de la pelota.

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