Rubén José Suñé. El "Chapa". Caudillo y uno de los máximos ídolos de la historia de Boca. En sus once temporadas, ganó ocho títulos, entre ellos dos Copas Libertadores y la Intercontinental, pero pasó a la inmortalidad por marcar el gol más importante en la historia de su club en los Superclásicos: el que definió el Nacional 1976, el 22 de diciembre en cancha de Racing, en lo que será hasta mañana la única final por un título entre Boca y River.
Como antesala de la Supercopa Argentina que disputarán Xeneizes y Millonarios este miércoles en Mendoza, Suñé dialogó con Infobae y dejó un claro pedido para los jugadores: "Que la camiseta se transpire hasta que se rompa. Y que gane Boca".
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Él como pocos sabía lo que era jugar a destajo con la azul y oro. Realizó todas las inferiores hasta su debut en Primera a los 20 años. Sus inicios fueron como marcador de punta, pero luego se afianzó como volante central. Tras un breve paso por Huracán y Unión, retornó al Xeneize de la mano del Toto Lorenzo, junto con otras glorias como Gatti y Mastrángelo.
"Me imagino otro tipo de partido, porque el fútbol ha cambiado notablemente. En la forma de jugar, de ejercer la presión, en los tiros libres… El fútbol de ahora no es superior al de aquel tiempo", critica quien jugó 377 partidos oficiales en Boca, en los cuales anotó 36 goles. En total, permaneció 51 años en el Xeneize, entre divisiones inferiores y Primera División, sumando su etapa como futbolista y entrenador.
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Y justamente Suñé repara en los tiros libres, que si bien no los pateaba con frecuencia, en los penales sí era un experto. Este recurso del juego le permitió entrar en las páginas más ricas de la historia de Boca. "Ese gol me cambió la vida. Un hecho así no se da todos los días", recuerda a sus 71 años.
Ese tanto fue a los 27 minutos del complemento, con un tiro libre perfecto que se coló en el ángulo superior izquierdo de Ubaldo Fillol. Para muchos fue una "avivada" por haber pateado sin la indicación del juez Arturo Iturralde. Sin embargo, el árbitro, uno de los mejores de la época, había alertado a los capitanes que las reglas cambiaron y se podía cobrar un libre directo sin su indicación previa.
#Homenaje El Chapa Suñé hoy descubre su estatua, a 40 años de un gol histórico en la única final entre Boca y River. pic.twitter.com/kXDYak8kfK
— Boca Jrs. Oficial (@BocaJrsOficial) December 22, 2016
"Lo único que pensé fue en celebrarlo en la tribuna, que estaba a tope, pero me paró el alambrado. Recuerdo que la gente se quedó festejando durante tres horas y que luego la cancha de Racing estuvo parada casi seis meses por tantos festejos", señala.
Mastrángelo: el “Chapa” Suñé era un cinco que te marcaba, te pegaba, y después la pelota no te la daba porque sabía una barbaridad
Aunque tardaron muchos años, en diciembre de 2016 tuvo el mejor reconocimiento en el club donde pasó casi toda su carrera como futbolista. A 40 años de aquella gesta inolvidable ante River, la estatua de Rubén José Suñé se encuentra en el Museo de la Pasión junto a las figuras de Rattín, Rojitas, Maradona, Riquelme, Palermo, Bianchi y Guillermo, el actual entrenador de Boca.
Sin cábalas, cuenta verá el partido en la casa "con los nietos jugando alrededor como si estuvieran en una plaza". Y confía en Boca, que lleva un "andar notable" y seguro "se agranda".
"¿Un pálpito? No es fácil. Boca por supuesto tiene las de ganar y es superior a River, pero no hay que dar ninguna ventaja porque ellos también tienen un buen equipo. Solo pido que la camiseta se transpire hasta que se rompa. Y que gane Boca".
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