A poco más de dos días para que se dispute un nuevo Superclásico entre Boca y River, esta vez por la Supercopa Argentina, Carlos Fernando Navarro Montoya palpitó la previa en un diálogo imperdible con Infobae.
El "Mono", ganador de cinco títulos en sus nueve años bajo los tres palos de Boca, recordó el antecedente cercano a los choques decisivos en Superclásicos en el que fue el gran héroe atajándole el último penal a Sergio Berti, para eliminar al rival de toda la vida en los cuartos de final de la Supercopa Sudamericana de 1994.
"Tuve la suerte de vivir esa histórica eliminación en la Bombonera. Son hechos que inmortalizan y si bien todo el mundo se queda con la tajada del final en el último penal, mi sensación es que llegamos a esa definición porque tuve un grandísimo partido", reconoció el ex arquero que este lunes comenzará con su nuevo proyecto de entrevistas a personalidades destacadas del fútbol y del deporte por la radio online Conexión Abierta (ver aparte).
Boca venía de eliminar en octavos de final a Peñarol de Uruguay (con un global 4-2), mientras que River había hecho lo propio ante Nacional de Uruguay (3-2 en el global). Tras el 0-0 en la ida disputada en el estadio Monumental, la revancha se dio en la Bombonera. Luis "Beto" Carranza puso en ventaja al "Xeneize" con una estupenda acción individual, pero Enzo Francescoli niveló las acciones con un golazo de tiro libre al comienzo del complemento.
"La verdad que River jugó mejor que nosotros y contó muchas situaciones de gol, pero yo también tuve una gran actuación", destacó Navarro Montoya, quien le contuvo el quinto penal a Sergio Berti que luego capitalizó Fernando Gamboa para decretar la clasificación.
El "Mono" participó en 44 Boca-River, entre duelos oficiales, internacionales y amistosos. "Siempre me fue bien. Tuve la fortuna de formar parte de ese proceso exitoso en el cual Boca generó una supremacía ante River que aún se mantiene. Fue algo atípico en la historia de los Boca-River y yo tuve la fortuna de ser protagonista", reconoció, quien figura en el podio de los futbolistas con más presencias en los Superclásicos.
A propósito de cómo se viven estos encuentros, Navarro Montoya contó que él los disfrutaba, incluso como hincha cuando veía atajar a su ídolo "Loco" Gatti.
Hoy cumple años, mi idolo, mi espejo, Hugo Orlando Gatti, felices 70 años querido Loco!!! pic.twitter.com/HZ07RnP5Jg
— Mono Navarro Montoya (@NavarroMontoya) August 19, 2014
Respecto al del miércoles en Mendoza, aseguró que se siente "aliviado" por el mensaje de paz que transmitieron Angelici, D'Onofrio y Tapia. "El partido estaba teñido de una paranoia conspirativa que le hacía muy mal al fútbol argentino. Celebro el mensaje que han bajado".
Sería muy peligroso pensar, en un Superclásico, que el rival viene dormido o golpeado
Si bien no quiso adelantar un ganador, por "el alto grado de imprevisibilidad" que hay en esta clase de partidos, el "Mono" sí alertó que "sería muy peligroso pensar que el rival viene dormido o golpeado. Es un partido aparte, diferente".
Y el mensaje para los futbolistas fue muy claro: "Boca es grande por la trascendencia que tiene, la exigencia y debe demostrarlo. Aparte juega finales todos los días, porque para los rivales es el partido del año. Boca te da todo, pero también te exige todo, debés ser mejor que el día anterior y defender el puesto hasta en los entrenamientos. Yo lo vivía así. Cada práctica era la última pelota, cada jornada que me ponía la camiseta de Boca para entrenar o jugar era un compromiso conmigo para ser el mejor que el día anterior. Y eso fue lo que me mantuvo 25 años jugando al fútbol".
Navarro Montoya debutó en Boca justo ante River: fue triunfo por 2 a 0
En la piel de hincha de Boca y no de analista, Navarro Montoya recordó su debut, con triunfo 2-0, con la camiseta xeneize, justo en un duelo ante River un 18 de septiembre de 1988: "Fue un partido muy significativo. Por todo lo que significaba un Superclásico y por la carga afectiva que es Boca para mí. El ocupar un lugar que siempre había soñado desde chiquito, el que era de mi ídolo con quien tuve la suerte de compartir plantel (Hugo Gatti), fue de lo más grande que me tocó vivir".
"Tenía claro que me había preparado para ese momento. Desde el momento en que yo iba a la Bombonera y lo veía atajar a Gatti yo decidí estar en ese lugar y me preparé para llegar. Y una vez que llegué lo dije: los ídolos son para toda la vida, son eternos y es muy difícil o prácticamente imposible hacerlos olvidar. Pero sí estaba preparado y fui claro en que lo que quería era el día que me fuera que no se olvidaran de mí. Esa claridad y preparación fue lo que me permitió llegar a donde llegué. El arco de Boca fue como el patio de mi casa, que lo conozco desde los 6 años, al igual que cada rincón de la Bombonera".
PING PONG:
-¿Podés describir cómo fue el día en que el Barcelona de Johan Cruyff te quiso contratar?
-Fuimos a jugar un triangular en Tenerrife, con el equipo local y el Dream Team del Barcelona de Cruyff. Ganamos y yo tuve una muy buena actuación y a raíz de ello, también por mi estilo y mi manera de jugar, Barcelona se interesó. Pasó el tiempo y alguna vez me crucé con Johan en un partido que hicimos en el Bernabéu (estadio del Real Madrid) me lo mencionó, hubo un interés pero en ese entonces Boca me declaró intransferible y no se pudo dar ese paso. Tampoco me traumaticé ni me traumatizo, la verdad es que era muy feliz en Boca. Hubiera sido un lindo desafío integrar ese gran equipo y de la manera que intentaba jugar, pero el fútbol tiene estas cuestiones y yo también valoro el lugar que me dio Boca. Entiendo que en aquel momento políticamente los dirigentes no querían soportar el peso de transferirme.
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-Dijiste que la disputa entre el "Menottismo" y "Bilardismo" le hizo mucho daño al fútbol argentino. ¿Lo seguís sosteniendo?
-Sí, sin dudas que le hizo daño. Creo igual que hicieron mucho más daño lo "Menottistas" y "Bilardistas" que el antagonismo propio que podian tener ellos dos.
-¿Qué significa para vos César Luis Menotti?
-Con él, hay un antes y un después en el fútbol argentino. Él jerarquizó todo lo que tiene que ver con selecciones mayores y juveniles, generó una columna para todo lo que se edificó después con Bilardo y los demás técnicos. Es el entrenador más prestigioso que ha hado el fútbol argentino. Cuando uno escucha hablar a Guardiola, a Joachim Low, a Mourinho, Vicente del Bosque y al "Flaco" Cruyff de Menotti uno se da cuenta del prestigio que tiene César. Con conceptos técnicos que hoy son muy normales de ver y él ya los manejaba desde hace tanto tiempo. En este sentido, el fútbol argentino tiene que estar orgulloso de tener un hombre como Menotti y debería ser consulta permanente. Es una persona que debe ser escuchada.
-¿Y Carlos Bilardo?
-Los tuve a los dos y tuve la desgracia de tener al peor Bilardo, al de los últimos tiempos. No coincido en sus gustos futbolísticos, que igual es un tema menor porque el fútbol genera ideas y formas de llegar al éxito distintas y eso nos enriquece a todos. Pero lo que no acepto es el mensaje que tiene ver con la pregunta más importante: ¿Cómo llegamos al éxito?. No concibo ese discurso de ganar de cualquier manera, de pisar al rival y hacer trampa. Es un discurso perverso y malvado que nos hizo mucho daño y algo por lo que estamos pagando y dando pena desde hace un tiempo a esta parte. El fútbol es un hecho cultural que representa un país y tiene que ver con nuestra idiosincrasia. El dicho 'como se juega es como se vive'. Entonces cuando vos dejás de transitar el camino y la profesión que tengas con los valores que son intransferibles e inmodificables, generás conductas indeseables y te transformás en un personaje siniestro. A nosotros eso nos hizo mucho daño y yo no coincido con Bilardo en eso. En los valores y la conducta que tiene que ver en cómo somos como personas, en eso me diferencio de Bilardo. Cuando me refiero a personaje siniestro no hablo de él, sino que en la sociedad nos convertimos en eso si no transitamos caminos con valores.
-¿Que sentís que te faltó lograr en los 25 años como futbolista profesional?
-Tal vez el respaldo que genera la trascendencia de jugar un Mundial, pero fue una cuestión reglamentaria (actuó para Colombia y esto le impidió atajar en Argentina) y no por mis condiciones. Sé que de haber existido la posibilidad hubiese estado en algún plantel en un Mundial o varios Mundiales. Igualmente, mi caso sirvió para que otros futbolistas no padecieran lo que yo padecí, como el de Thiago Motta que jugó para Brasil y luego para Italia. En ese sentido me de esa tranquilidad y consuelo, pero el fútbol me dio tanto que realmente no sería justo de mi parte reprocharle algo".
-Cuando eras muy joven, antes de debutar, "Toto" Lorenzo te anticipó que ibas a ser el mejor mundo. Al tiempo, recibiste el mayor reconocimiento a nivel mundial.
-En Europa, pese a jugar en equipos chicos en España y que peleaban el descenso, a mí me catalogaron como el mejor arquero del mundo o uno de los mejores. De los tres años en los que estuve, dos veces jugué en el Partido de las Estrellas, que los hinchas elegían entre los mejores jugadores españoles, extranjeros de la liga y del resto del mundo. Siempre sentí un gran reconocimiento de parte de ellos. Casillas dice que yo era uno de sus referentes en cómo tapar y salir en el mano a mano o como pegarle la pelota. Rogério Ceni dijo que se hizo arquero por mí o René Higuita. Eso a uno lo llena de orgullo y sé que he generado cosas y marcado un camino y un estilo.
"Jugué 25 años al fútbol y 9 en Boca. Un día me cruzo con Víctor Valdes en una premiación y me dice: '¿Cómo está maestro?'. Esas tres palabras para mi significaron muchísimo porque en su momento fue el mejor arquero del mundo y en un equipo fantástico como el Barcelona. Cuando me hablan con tanto respeto a mí me llena de orgullo. Es una de las satisfacciones más hermosas que me dio el fútbol".
-¿Cómo fue tu paso por Boca como Director en las divisiones juveniles y como DT campeón en 5ta?
-Fui uno de los directores del fútbol juvenil. Manejé 350 chicos de entre 13 a 20 años y 350 chicos de 6 a 12 años. Fue una tarea muy enriquecedora y me sirvió para seguir evolucionando como entrenador y sobre todo el rol de docente. Aunque en Primera División pareciera estar muy acotado, no podemos olvidarnos de esa faceta, la docencia. No hay que olvidar que una de las grandes características y aptitudes de los entrenadores es lograr que los futbolistas sean mejores cuando pasas por un club. Uno no sólo está vinculado al éxito deportivo, porque esto depende de muchos factores, pero sí que el crecimiento de un jugador depende de la tarea del entrenador.
"Me gustó muchísimo el trabajo con juveniles y tengo claro que en unos años cuando haya recorrido mi carrera como entrenador, mi idea sería entrenar arqueros. Volcar toda mi experiencia y toda mi sapiencia en el arco con los más chicos".
-Hace tiempo que te recibiste de entrenador profesional. ¿Ya tuviste ofertas para dirigir?
-Estuve muy cerca de dirigir ahora a un equipo del Nacional B y creo que muy pronto lo estaré haciendo profesionalmente. Con mi equipo de trabajo coincidimos que no era el momento y que la coyuntura no era la ideal para poder plasmar las ideas. Había muchas urgencias y preferimos esperar.
"Luego de mi paso por Boca (en las juveniles) viajé a España y me recibí de entrenador profesional con nivel europeo. No nos queremos apurar en la decisión. Aunque tenemos muchas ganas de entrenar y de trabajar, siempre dentro de las posibilidades que nos permita poder plasmar una idea en el tiempo".
-¿Qué sensación te genera el hecho de ver atajar a tu hijo en Guaraní Antonio Franco?
-Es una sensación y un momento hermoso. Hay pocas cosas más lindas en la vida que ver crecer a tus hijos y entrenar en el deporte que querés. Son satisfacciones enormes que la vivo con mucha naturalidad y teniendo como vínculo el diálogo. Trato de repetir la misma metodología que utilizó mi padre conmigo. Él nunca me impuso nada, dejó que naturalmente hiciera las cosas e eligiera mi camino y a partir de allí me aconsejó y me apoyó. Es lo que trato de hacer con mi hijo. Estoy muy orgulloso con él como persona y porque tomó las presiones con vocación, devoción y amor, como lo hicimos mi viejo y yo. El tiempo después dirá porque el fútbol depende de muchas situaciones azarosas que marcan un camino, pero mi hijo ya se ha ganado mi admiración por cómo es. Eso es lo que más valoro. Está haciendo su carrera y lo que enriquece no son los títulos o los éxitos, los triunfos o las derrotas; lo que enriquece es es el camino y el que está haciendo mi hijo es admirable. Cómo lo hace, cómo convive con estas cosas nuevas que le están pasando y sobre todo por que es un buen tipo.
-Un adelanto de tu programa ("Mano a Mano" con Navarro Montoya) en la radio online Conexión Abierta que comienza este lunes:
"Me tendrá a mí como proncipal protagonista, en el que realizaré un reportaje de una hora a una figura destacada del fútbol. Además, habrá mucha información y buena música como compañía. Es una labor que yo ya hice durante seis años en Radio Marca durante mi estadia en España y que me apasionó. Es un buen lugar para dar mi visión de lo que es el juego y como yo entiendo el fútbol. La radio y la Comunicación me apasiona y espero seguir creciendo, sin descuidar mi carrera como entrenador".
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