Argentina llegó a la final del Mundial de Italia 1990 con Sergio Goycochea como una de sus figuras. Y quien empezó como titular era el entonces campeón del mundo Nery Pumpido, quien se lesionó a los pocos minutos del segundo partido por la fase de grupos ante la Unión Soviética. Lo cierto es que otro guardameta pudo haber cubierto la valla albiceleste en esa cita mundialista, aunque el destino no quiso que así fuera: José Luis Chilavert.
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Desde que el paraguayo había llegado a Argentina para defender los colores de San Lorenzo en 1985, Carlos Salvador Bilardo, por entonces entrenador de la Selección, le había echado el ojo.
El guaraní había emigrado al Zaragoza de España y ahí se produjo el contacto: "Carlos había hablado con Eduardo Luján Manera. Me llamó y me quiso convencer, pero yo le dije que era difícil, imposible". Lo quería para la Copa del Mundo a la que la Albirroja no se había clasificado.
Para Chilavert hay cosas que no son negociables. "'Soy paraguayo, muy nacionalista, y prefiero jugar con la selección de Paraguay'. Esas fueron mis palabras para Bilardo", contó en ESPN.
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Años después, Chila se pondría el buzo de Paraguay en los Mundiales de Francia 98 y Corea-Japón 2002. Una duda le quedó hasta hoy: "Habiendo tantos arqueros en Argentina, él (por Bilardo) sabrá por qué se habrá fijado en mí…".