Con la misión de recortar la distancia con el Barcelona, el Atlético Madrid recibió en el Wanda Metropolitano al Leganés, un equipo que será recordado por eliminar al Real Madrid en los cuartos de final de la Copa del Rey.
La diferencia de 7 puntos con el combinado catalán obligó al conjunto de Diego Simeone a mostrar una actitud agresiva desde que comenzó el espectáculo. El disparo rasante de Diego Costa que supo controlar Pichu Cuéllar dio cuenta de ello, dado que la acción se produjo a los 30 segundos del cotejo.
Sin embargo, la idea puesta en el territorio enemigo dejó a una defensa vulnerable en el Colchonero y dos contragolpes concluidos por Eraso impusieron la preocupación en Jan Oblak. Los Pepineros querían amargar al otro gigante de la capital ibérica.
Ambos hicieron méritos para abrir el marcador. Un tiro libre ejecutado por Griezmann que rebotó contra el ángulo y un sorpresivo remate de media distancia que se estrelló contra el travesaño defendido por el arquero esloveno fueron razones para imaginar el primer grito.
Fue la figura francesa la que logró poner el 1 a 0. En una triangulación perfecta, los de Diego Simeone hicieron delirar a los presentes con la combinación perfecta entre Koke y Griezmann. La precisa asistencia del español y la efectiva resolución del rubio conformaron la obra del tanto que permite alimentar las esperanzas albirrojas. Fiel a su estilo, el Atlético Madrid daba batalla en la Liga.
La figura de la noche estiró la ventaja con otra pelota parada. El hombre más incisivo de la ofensiva local se tomó revancha del tiro libre que le había rebotado contra el poste y festejó el 2 a 0 con un sorpresivo zurdazo al sector que le correspondía a Pichu Cuéllar. Antes de que se vayan al descanso, el Atlético bailaba al ritmo de Griezmann.
En el complemento el protagonista estelar de la jornada se aseguró un souvenir por el hattrick que interpretó en su monólogo. El desborde de Filipe Luis y el cabezazo de Griezmann transformaron el triunfo en goleada. La pelota tenía dueño y su nombre llevaba la firma de la estrella gala.
Lejos de conformarse, el delantero francés selló su póker con una definición que fue defectuosa, pero efectiva. Las dudas de Pichu Cuéllar, el centro de Diego Costa y el grito delirante concluyeron con el Triple G de Simeone: ganar, gustar y golear. Todo en el show de Griezmann.
Con la victoria, los del Cholo quedaron a 4 unidades del Barcelona, aunque el Culé deberá jugar con Las Palmas el jueves a las 17. Si bien el elenco canario espera darle pelea para mantener su objetivo de la permanencia, el Colchonero tiene como meta dar el golpe en el Camp Nou, donde se presentará la próxima fecha. El campeonato español todavía no tiene dueño.
Seguí leyendo