Ariel Ortega es uno de los jugadores preferidos de los argentinos. A pesar de su identificación con los colores de River, su talento en la cancha y su aporte durante más de una década a la selección argentina lo convirtieron en un referente a nivel nacional.
En diálogo con el programa "Planeta gol" en TyC Sports, "El Burrito" repasó algunos de los momentos más destacados de su carrera y habló de aquellos momentos que lo marcaron.
Su identificación con River: "Es el amor de mi vida".
Su vigencia: "Amo jugar al fútbol. Hoy sigo en senior. Hasta que pueda, voy a seguir jugando".
Su estilo como futbolista, una marca registrada: "Más que hacer un gol, lo lindo es gambetear, tirar un caño o un enganche. Eso lo disfruté mucho".
Una deuda pendiente: "Me hubiese gustado hacer un gol en una final de Copa Libertadores".
Los entrenadores que lo marcaron: "Daniel Passarella. A Alejandro Sabella y al 'Tolo' Gallego' los tuve en reserva cuando llegué. También está Marcelo Bielsa, Nery Pumpido en Newell's y Ángel Cappa".
Su conflictiva relación con Claudio Ranieri en el Valencia: "Yo tenía 25 años y por ahí me equivoqué. Yo tenía ganas de jugar, me sentía pleno, estaba próximo a un Mundial y no jugar en tu equipo te sacaba muchas posibilidades. Un día me dijo que iba a ser suplente, ahí agarré el bolso y me fui".
Francescoli, su socio ideal: "Con Enzo fue con el que mejor me entendí y mejor jugué. Con mirarnos nos entendíamos a la perfección, ya sabía lo que quería".
El partido contra Inglaterra en el Mundial de Francia 1998: "Ese primer tiempo fue el mejor partido de mi vida, sin dudas. Hacía lo que quería, tiraba caños, solo me faltó el gol. Si hacía el gol, hubiese jugado en el Barcelona. Fue algo mágico, increíble".
Su salida del fútbol de Turquía: "La estaba pasando mal. No fue de un momento a otro que decidí irme. Al mes hablé con mi representante de ese momento y le dije que quería ir a España o a Italia a préstamo. Yo tenía 30 años, quería jugar otro Mundial y seguir estando en la Selección. En Turquía iba a ser imposible, no me sentía cómodo. Me fui a jugar un amistoso contra Holanda, de ahí me vine para Argentina y ya no volví. Fue el peor momento de mi carrera: con 30 años tenía que dejar el fútbol, puse mucho dinero de mi bolsillo en abogados y no había nada claro. Después apareció Newell's y pude jugar otra vez".
El recordado caño a Gabriel Paletta en un Superclásico: "Me la mandaron esa foto y la tengo guardada en casa. Es una de las más lindas. Fue una pose graciosa".
La expulsión en el partido ante Holanda en los cuartos de final de Francia 1998: "Voy caminando por túnel y siento el grito de gol. Le digo al utilero y me dice 'Gol de Holanda'. Así como estaba vestido quería ir al aeropuerto y volver a mi casa. Esperar a todos fue de los peores momentos de mi carrera. Me dolió muchísimo, superarlo me costó un montón. Ese mundial fue fantástico para mí, estaba en plenitud, me salía todo, estaba jugando realmente muy bien. Son equivocaciones de la vida que te duran para siempre. Fue un momento durísimo, pero así es la vida y el fútbol, todos nos equivocamos".
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