Es el jugador en boca de todos. Se habla de él y la selección (se dice que Sampaoli lo sigue de cerca). Se habla de él y un posible pase al Inter de Milán (que de hacerse sería por 40 millones de euros, uno de los pases más importante de la historia del fútbol argentino). Se habla de él y su intento fallido de jugar en Boca (la historia cuenta que se probó y lo rechazaron). Pero aunque se habla de él en cada conversación sobre fútbol, no es tan común escucharlo declarar. Tal vez sorprenda, pero el delantero estrella de Racing, de solo 20 años, muestra la misma personalidad frente al micrófono que frente al arco. Se anima a postularse para ir a Rusia y, al contrario de Dybala, asegura que jugar junto a Messi lo potenciaría aún más.
-La gente de Racing te ovaciona todos los partidos, se te pide para la selección, todos hablan de vos. ¿Cómo te llevas con el éxito?
-Cuando me veo en la tapa de los diarios o salgo a comer y la gente me reconoce en la calle me sorprendo. Después caigo, es la realidad y es una sensación increíble, es muy lindo que me pase esto en un club grande como Racing.
-Se habla mucho de tus posibilidades de ir a Rusia. ¿Creés que es cierto que un sector del periodismo pretende imponer a Tevez en lugar tuyo?
-Creo que la prensa no mete jugadores en la Selección. Pienso que el entrenador se va a decidir por el nivel que muestre cada uno.
-Paulo Dybala confesó hace un tiempo que jugar con Messi le resultaba difícil, y de pronto resultó un sincericidio. ¿Vos ya te pusiste a pensar cómo sería jugar con él?
-De solo pensar en ponerme la camiseta de la Selección se me pone la piel de gallina. Jugar con él debe ser algo hermoso porque es el mejor del mundo y sería un orgullo compartir equipo con semejante jugador.
-Ahora que tu condición física está plena, ¿hiciste alguna promesa si vas al mundial?
-Nada especial. Me prometo a mí mismo superarme día a día. Eso me va a llevar a tener una oportunidad. Estoy al 100%, me alimento y descanso bien. Mi físico está exigido al máximo, me siento fuerte. Ahora, mayormente, estamos trabajando para pulir detalles y marcar la diferencia.
-¿El fútbol argentino es duro?
-Es durísimo. A veces me quejo cuando me pegan, pero hay que convivir con eso. Aprendí que tengo que ir firme a disputar la pelota, sin mala intención, pero fuerte, porque se juega tan al límite que si vas flojito te pueden lastimar.
-En tu vida diaria, fuera del fútbol, ¿qué hacés?
-Trato de estar en casa, juntarme con amigos y compartir tiempo con mis representantes. Me apoyo en ellos porque en el día a día me ayudan un montón. Cuando me voy a dormir me pongo a pensar en todo lo que me está pasando y lo que puede llegar a pasar. Se dio todo rápido. Cuando la hinchada me ovacionó, a mis viejos se les escapó una lágrima. Mi familia y mi gente de siempre saben cuánto la peleé para estar acá.
-¿Qué recuerdo tenés de tu infancia?
-Siempre andaba por Bahía Blanca con la camiseta de algún jugador. Un día con la de Racing, otro con la de Boca, Banfield, Tigre… Coleccionaba camisetas de muchos clubes y llevaba la pelota a la escuela. Soñaba con ser jugador de fútbol.
-¿Extrañás algo del barrio?
-Con mi hermano nos hicimos una canchita poniendo palos como arcos, y sabíamos que si caía una piedra en el techo de mi casa eran los pibes que nos llamaban para jugar. Ese tipo de cosas siento que acá no se viven.
-¿Fue una infancia difícil a nivel económico?
-Nací en un lugar humilde. La hemos pasado mal con mi familia y por eso el presente que me toca vivir se disfruta el doble. Mi papá es enfermero y mi mamá empleada doméstica. Estoy muy agradecido porque ellos siempre la pelearon para que no me faltara nada y me formaron como persona.
-Hablando de formación: Claudio Úbeda (que fue tu técnico en la selección sub 20) contó que durante un viaje en Alemania descubrió que a los chicos lo hacen estudiar porque consideran que un futbolista más formado toma mejores decisiones en momentos clave. ¿Estás de acuerdo?
-Puede ser. Yo tengo contacto con Claudio, que también es allegado al club, y algo de esto me comentó. No te digo que leo diariamente (se ríe), pero para seguir aprendiendo y variar un poco trato de leer algún libro durante la semana, en mis ratos libre. Seguro que todo suma.
-¿Que vas a extrañar de jugar acá cuando te toque ir al exterior?
-La pasión del hincha. Es impresionante ver las canchas llenas y lo que siente cada uno por su club. En mi caso, apenas llegué a Racing y vivía en la pensión, recuerdo que el primer día que fui a la pileta, hablando con la gente, ya me hacían sentir el fanatismo que sienten por el club.
-¿Así construiste tu identidad racinguista?
-Puede ser, porque yo llegué al club con 16 años, digamos que un poquito grande porque mis compañeros de esa categoría habían llegado con 11 ó 12, y creo que el sentido de pertenencia lo incorporé a partir de todo lo que me brindó Racing. Acá me hicieron terminar la secundaria, me daban las cuatro comidas diarias, y me encariñé con la gente del club. Me ayudaron mucho.
-¿Adaptarías algo de tu juego para competir en Europa? ¿Qué podrías mejorar?
-Algo a corregir es el cabezazo. Para ser delantero no soy muy alto, pero me elevo bien y tengo que aprovechar eso. El posicionamiento en la cancha es relativo, tiene más que ver con los movimientos tácticos que pida el entrenador.
-¿Cómo analizás el fútbol europeo en relación al argentino?
-Los delanteros de la selección que juegan en Europa (por el Kun Agüero e Higuaín) son de elite. Es meritorio lo que hacen, tienen números que asustan. Y en cuanto al fútbol de acá, es muy pero muy complicado por lo parejo que es. Hay jugadores que se van y cuando vuelven les resulta complicado rendir. Este fútbol es bravo también para los que arrancan. En mi etapa de adaptación, durante los primeros partidos, yo me preguntaba si me daba para jugar en este club.
-Y ahora que quedó claro que te sobrara, insisto con la pregunta de antes: ¿creés que te sería difícil acompañar a Messi en la cancha?
-Al lado de Messi me cansaría de hacer goles.
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