Dos acciones, más allá de los goles, atravesaron la victoria de Barcelona 2-0 ante Valencia, que le valió al conjunto blaugrana el pasaje a la final de la Copa del Rey ante Valencia: un caño delicioso de Lionel Messi, uno de los mejores de su carrera, y la atajada de Cillessen ante Gayá, que bajó la cortina de su arco definitivamente.
El pobre José Luis Gayá fue partícipe necesario en las dos acciones más brillantes de la segunda semifinal del certamen. En la primera etapa, padeció la perla del astro argentino, de 30 años. El rosarino paró el balón con el botín derecho, junto a uno de los laterales. Y, apenas percibió que Gayá se le acercó para intentar bloquear su paso, deslizó la pelota de zurda, en un movimiento veloz, para dejarlo en ridículo para la posteridad.
Ya en la segunda etapa, a los 73 minutos de acción, el lateral izquierdo español tuvo el descuento, el 1-2 que podría haber revitalizado a su equipo en la serie. Sin embargo, se topó con la resistencia de Jasper Cillessen.
Valencia desbordó por la banda izquierda, el centro derivó en el ingresó de Gayá, quien, a quemarropa, intentó vulnerar al holandés. Sin embargo, el portero ensayó una atajada "de handball", estirando los brazos a pura intuición.
Dos acciones de primer nivel que adornaron un nuevo paso histórico de Barcelona, que alcanzó su quinta final consecutiva en la Copa del Rey.
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