San Martín de San Juan y Tigre cerraron con un 0-0 el último encuentro de la fecha 14 de la Superliga. Federico Beligoy condujo un partido con buen ritmo y situaciones de gol, pero que se vio perjudicado por la falta de eficacia de los dos conjuntos.
Duelo de propuestas similares en el Hilario Sánchez. Tanto San Martín como Tigre ofrecen un estilo de juego similar, intentando poner el balón sobre el césped, haciéndolo circular con prolijidad, apelando a la imaginación. También comparten una debilidad: la falta de contundencia. Por eso la dificultad tanto del conjunto que conduce Néstor Gorosito como de los dirigidos por Cristian Ledesma, para traducir en goles lo que producen.
San Martín fue más en espacios más extensos del partido; sobre todo en los primeros 20 minutos de la segunda etapa, a partir de la inspiración de Maximiliano Rodríguez. Allí la búsqueda se transformó en asedio, Magnín tuvo la chance de anotar en más de una ocasión, pero se topó con Crivelli y con su propia ineficacia.
Tigre está en evidente construcción. Tiene trazos interesantes, momentos en los que sus jugadores de buen pie (Janson, Cachete Morales, Matías Pérez García, el rapidito Bolaño) intentan combinarse, pero le falta profundidad. Desde que el Lobo asumió el banco de suplentes del Matador, todavía no ganó. Con el promedio apremiando, no es una buena noticia, más allá de que cortó una racha de cuatro derrotas consecutivas.
Y la voluntad se quedó en eso, de ambas partes. Mereció algo más el local. Fue 0-0.
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