Aunque sigue alojado en el penal de Melchor Romero, Pablo "Bebote" Álvarez se fue de feria. Para ver qué había de oferta en los mostradores no necesitó salir de la cárcel: lo mandó a su abogado, Alejandro Pérez, quien encontró una baratija en la sala tres de Lomas de Zamora, que debía decidir en enero sobre las apelaciones presentadas en la jurisdicción. Y consiguió la rebaja de los tiempos de liquidación: la Justicia le cambió la carátula de la apretada a Ariel Holan, que pasó de "extorsión" a "tentativa de extorsión", lo que le reduce el mínimo de pena posible a un año y siete meses de prisión, y lo que la convierte en excarcelable. Claro que Álvarez aún no puede festejar ni verse fuera de los barrotes, porque pesa sobre él otro cargo, el de jefe de una asociación ilícita, que tiene condena de hasta 15 años de prisión. Aunque aquí también el jefe de la barra brava de Independiente apeló y está a la espera de la resolución que podría, o no, dejarlo definitivamente en libertad.
En paralelo, la situación de los Moyano, Hugo y Pablo, presidente y vice del "Rojo", se complica. Ayer fueron imputados por el juez Gabriel Vitale, a pedido de la fiscal Viviana Giorgi, por fraude a Independiente, en base a la investigación que se inició por la declaración del mismísimo "Bebote", en la que describió un sistema para la reventa de entradas, que se puso en práctica en la semifinal y final de la Copa Sudamericana. La Justicia probó que entre lo vendido y la cantidad de público que concurrió al Libertadores de América en cada partido hay una diferencia de más de 20.000 personas.
Para resolver el tema "Bebote"-Holan, la Sala tuvo en cuenta la mitad de la biblioteca que indica que debe usarse el artículo 42 del Código Penal, que indica que aquel que con el fin de cometer un delito determinado comienza su ejecución, pero no lo consuma por circunstancias ajenas a su voluntad, sufrirá una condena en el grado de tentativa.
Aquel jueves 19 de octubre al mediodía, "Bebote" esperó a la salida del predio de Independiente en Villa Domínico al técnico y, después, en una moto con un acompañante y otros dos autos de apoyo, lo interceptó antes de que Holan y sus acompañantes pudieran ingresar con su vehículo al Acceso Sudeste. En ese marco y según la denuncia judicial realizada por el propio DT, el barra se subió al asiento trasero y le exigió 50.000 dólares para que el grueso de los violentos del "Rojo" pudiera viajar al Mundial de Rusia 2018. Y, ante su negativa, le dijeron "ya nos vamos a ver en Paraguay", teniendo en cuenta que a la semana siguiente Independiente jugaba en dicho país contra Nacional por la Copa Sudamericana.
El juez a cargo del caso, Luis Carzoglio, tras tomar declaración a Holan, un amigo suyo que estaba en el vehículo y el ayudante de campo que lo manejaba, más tres amigos del técnico que almorzaron con él aquel día, decidió procesar a Álvarez por extorsión, dado que si bien no se produjo el pago, entendió que el barra sí había consumado el delito. La defensa de "Bebote" primero adujo la inexistencia del mismo, pero ante las pruebas recolectadas, apeló a la Cámara por el delito menor, el de tentativa, y logró un fallo favorable que le pone un horizonte más despejado de cara al futuro.
En la otra causa, la de asociación ilícita, la defensa sentó dos posiciones. La primera, que no hay ningún delito más allá de la tentativa de extorsión, y que no puede correr esta figura en este proceso porque ello procedería como doble persecución penal, lo que está prohibido en la Argentina. Y que todo lo otro que se le endilga, como el cobro de trapitos, parrillas, micros, bonos para ingresar al estadio y formar un grupo de choque para conseguir negocios extras, no tiene sustento probatorio. La segunda, que en caso de que se considere que sí existieron esos delitos, los mismos se cometieron en Avellaneda, y el juez que intervino, Gabriel Vitale, es de Lomas de Zamora, por lo cual es todo nulo.
Ambos argumentos expuestos en ese expediente están ahora en Cámara y hay dos salas que pueden definir: la Sala 1, que es la que está de feria esta semana y hasta fin de mes, o la 2, la originaria, que entra en vigencia desde febrero. Si mantienen lo actuado, "Bebote" Álvarez seguirá preso hasta el juicio, o al menos durante dos años si este se posterga más allá de esa fecha. Si revocan, el barra que desafió durante décadas al fútbol argentino recuperará su libertad. En esa disyuntiva está ahora la Justicia argentina.
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