Son 33 los futbolistas que transpiran en Cardales, donde Boca desarrolla parte de su pretemporada. Cada uno de ellos comparte habitación con un compañero, excepto uno. Y no es porque prefiera la soledad; tampoco porque lo haya exigido por contrato. Ramón Ábila, uno de los dos refuerzos con los que cuenta Guillermo Barros Schelotto, disfruta del espacio amplio, de la doble cama. Pero tanto él como el "Xeneize" esperan y desean que sea por poco tiempo…
La cama vacía tiene nombre y apellido: Carlos Tevez. El delantero, de 33 años, continúa entrenándose por su cuenta, mientras sus abogados están en contacto con los directivos del Shanghai Shenhua para destrabar su partida. El futbolista tiene que reintegrarse recién el 10 de febrero (el plantel también se encuentra de pretemporada) y la cláusula de salida es de seis millones de dólares. Sin embargo, de no llegar a un acuerdo para la rescisión del vínculo, Shanghai debería pagarle el año de contrato (20 millones de dólares) a un futbolista con el que no va a contar. Es por ahí por donde pasa la clave de la negociación.
Otro guiño del destino: Boca se prepara para un 2018 cargado (Superliga, Supercopa Argentina, Copa Argentina y Copa Libertadores) en Cardales, en el complejo en el que Tevez tiene una de sus viviendas. Es decir, el "Xeneize" desarrolla su pretemporada en el patio de su casa. Con "Wanchope" Ábila, además, lo une una amistad: a fin de 2017 disfrutaron juntos de un recital de "La Mona" Jiménez en Córdoba. Tal vez, más allá de la habitación que espera por su presencia, terminen compartiendo la delantera en La Bombonera, un viejo deseo de ambos, cada vez más cerca de transformarse en realidad.
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