Sigue el escándalo en Independiente: investigan un millonario negocio de reventa de entradas para la final de la Copa Sudamericana

El club dejó de percibir unos 18.000.000 de pesos. Para el abogado de Pablo Moyano, la barra apunta contra su cliente porque éste los denunció

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El estadio Libertadores de América, el día del partido de ida de la final de la Copa Sudamericana (Getty)
El estadio Libertadores de América, el día del partido de ida de la final de la Copa Sudamericana (Getty)

"A él nunca le dijeron El Salvaje, siempre fue Pablito", dice Daniel Llermanos, el abogado de Pablo Moyano, tras tomar conocimiento del testimonio de Damián Langaronne, el barra de Independiente que involucró a su defendido en la causa de la asociación ilícita, que ayer publicó Infobae en exclusiva.

En sede judicial, Langaronne, que está preso desde hace un mes atrás, afirmó que Moyano hijo les pasaba las vituallas a los violentos por intermedio de Roberto Petrov, alias "El Polaco", ex guardaespaldas de su padre Hugo y también preso, pero que tras una pelea con Pablo "Bebote" Álvarez se resolvió que todas las cosas las recibiría él y su nexo sería Héctor "Yoyo" Maldonado, secretario general del club y de Camioneros.

En su extensa declaración, "Dami", como le dicen en el corazón del paravalanchas del Rojo, afirmó que el acuerdo incluía el pago de las cuotas sociales de 1200 carnets de la barra, 2000 bonos presuntamente para reventa, 100 protocolos para la platea Erico, también presuntamente para venderlos por afuera, y dinero para micros, banderas y fuegos artificiales. Y que todo se convenía con Maldonado después de que éste pidiera autorización a Moyano. Langaronne también aseguró que el club se había comprometido a pagar 100.000 dólares para el viaje al Mundial de Rusia 2018 para que no extorsionaran a los jugadores, pero que el técnico Ariel Holan debía hacerse cargo de lo suyo, que eran 50.000 de la misma moneda. Y en más de una ocasión repitió que la venia la entregaba "El Salvaje". Cuando le preguntaron a quién se refería, contestó: "Es el apodo que le pusimos a Pablo Moyano en la barra".

"Siempre fue Pablito, nunca El Salvaje", repite Llermanos y agrega: "Lo quieren involucrar porque fueron él y Hugo los que desde hace más de un año denunciaron a la barra. No los quieren en el club y entonces ellos se están vengando. Pero mi defendido no tiene nada que ver".

Pablo Moyano (NA)
Pablo Moyano (NA)

-Hay una escucha en la causa donde Langaronne le pregunta a Petrov qué pasa con la plata para sacar un chárter para la barra para el partido contra Deportivo Iquique por la Sudamericana, y éste le contesta que aún no se la dio "El Salvaje", pero que ya va a aparecer.

-No sé a quién se refiere, pero no es a Pablo Moyano.

-Pero Moyano con Petrov tenían una relación muy cercana. De hecho compartieron el palco en varios partidos de Independiente.

-Eso no significa nada. Podían ser conocidos, porque los Moyano conocen mucha gente, los saludan todos. Pero no puede saber quién de esa gente comete ilícitos y quién no.

-Pero también miraba partidos de fútbol con la barra, como en el Mundial de Sudáfrica. Hay decenas de imágenes.

-Hay que entender que a Pablo lo quieren todos. Una foto no significa nada, porque él es muy querido, se saca fotos con todo el mundo. Repito: jamás tuvo relación con la barra y él es el que los quiere afuera del club.

-Pero "Yoyo" Maldonado tiene escuchas con Petrov que marcan una relación como mínimo cordial. Por eso está procesado en este caso. Y no sólo es el secretario general del club, sino también de Camioneros.

-Yo no soy el defensor de Maldonado, no sé cuál es su situación, pero creo que actuaba como una esponja, como que los atendía y bajaba la tensión del asunto. No creo que les diera nada. Es todo lo que sé.

Damián Hugo Langaronne, el barrabrava de Independiente que apuntó contra Pablo Moyano
Damián Hugo Langaronne, el barrabrava de Independiente que apuntó contra Pablo Moyano

Más allá de esto, los peritos informáticos de la Policía están analizando todo el material recolectado en los allanamientos para comprobar la veracidad de los dichos de Langaronne sobre las cosas que recibía la barra y también varios teléfonos para ver los cruces de llamadas. Pero en la causa judicial se conocieron nuevos detalles, como la declaración de Maldonado, quien reconoció haberse reunido una vez con "Bebote" y otra persona, pero que no se habló de cuestiones económicas sino de políticas del club, porque el líder de la barra quería tener una agrupación.

Además, Maldonado afirmó que varios jugadores encabezados por el capitán Tagliafico se fueron a quejar porque los barras iban al predio de Villa Domínico donde entrenan y les pedían dinero y camisetas, y lo mismo le ocurrió en más de una oportunidad a Ariel Holan, quien según el secretario del club dos veces presentó su renuncia por las presiones de la barra. Y que era Noray Nakis el que habilitaba los ingresos para la barra y no Pablo Moyano, pero que no puede asegurar si Moyano hijo financió algún viaje de los violentos porque su relación es con Hugo y éste no daba nada.

Maldonado también reconoció su vínculo con Petrov, aunque aseguró que tras la pelea de éste con Moyano por temas de la barra, dejó de tenerlo como contacto en su celular. Y sobre el filo de la declaración, reconoció una situación demasiado singular que se dio en la final de la Copa Sudamericana contra Flamengo.

-¿Cuántas entradas vendió Independiente ese día? -le preguntaron los fiscales.

-36.000 en todo concepto.

-¿Y cuánta gente hubo en la cancha?

-Al menos 54.000 personas.

-¿Y cómo entraron las 18.000 restantes?

-No lo sé, a veces saltan molinetes, pero no lo sé.

En realidad la Justicia investiga la reventa de entradas en el Libertadores de América como parte fundamental del financiamiento de la barra. Y no parece lógico que 18.000 personas se hubiesen colado saltando molinetes. Cada ticket para la final arrancaba en reventa en 1.000 pesos. Algunos llegaron a pagar hasta cinco mil. Pero tomando sólo la cifra base y multiplicándolo por la cantidad de gente, se llega a una cifra impresionante: Independiente dejó de percibir 18.000.000 de pesos. Y alguien, claro, se los quedó. Si a eso se le suma lo de los trapitos (uno de ellos declaró que se recaudaron 4.000 pesos por cuadra en la final), el merchandising trucho y la venta de comidas y bebidas en la vía pública, la cifra trepa a niveles escandalosos. Es tan grande el dinero en juego que en la Justicia creen que es imposible que sólo se lo quede la barra. Que hay otras manos en el medio que también cobran su peaje. Y están, dicen, camino a descubrirlo.

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