Ganar "caminando" supone un triunfo sin demasiado esfuerzo, que el adversario no opuso resistencia plena o no estaba a la altura de las circunstancias. Pero Lionel Messi fue la figura del clásico español y logró que Barcelona goleara 3-0 al Real Madrid… Caminando. Literalmente. Lo confirman las estadísticas difundidas por El Periódico, de Catalunya. El astro de la Selección, de 30 años, caminó el 83,10% del partido. Trotó el 10,80% del tiempo, corrió el 4,95 y aceleró el 1,15% de su estadía en campo. Así y todo, entregó una asistencia (descalzo) y convirtió, de penal, el gol de la confirmación, el 2-0.
Es habitual la actitud de Messi, intencional: se desconecta de la acción, camina, distrae. Y, cuando menos lo espera el marcador, se activa, participa y es decisivo. En el derby, tuvo dificultad extra: Kovacic le hizo marca personal. En el primer tiempo, excepto en las dos situaciones en las que logró despegarse de su estampilla y habilitó a Paulinho, casi no entró en juego. En la segunda parte, rompió el duelo.
Más números del trabajo de El Periódico: recorrió 8,3 kilómetros durante el clásico, de los cuales 6,67 los desandó caminando. Pero así y todo la pelota lo persiguió, lo busca: estuvo casi un cuarto de hora (864 segundos) en contacto con el balón. Concluyó exitosamente seis gambetas, el triple que todo el elenco rival. Y, si bien caminó buena parte del partido, cuando decidió el sprint, lo hizo a fondo: fue el futbolista que más alta velocidad alcanzó, 33,59 kilómetros por hora.
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