De la Quiaca a Ushuaia: a los 40 años corrió la Ruta 40 para transmitir un mensaje superador

Rodolfo Rossi habló con Infobae del desafío que se propuso en 2015. Temperaturas de 14 grados bajo cero, ráfagas de 120 kilómetros por hora, viento Zonda y recorridos a más de 5000 metros de altura fueron algunas condiciones que tuvo que atravesar el atleta argentino en los 113 días que duró la travesía. Su historia

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Rodolfo Rossi
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Fueron 113 días de intensidad en los que no se detuvo. Sufrió lesiones en las manos y las rodillas. Tuvo que ser infiltrado en más de una ocasión para mantener el ritmo. Las condiciones climáticas le jugaron en contra, pero él siempre mantuvo la mirada al frente con un solo objetivo: recorrer la mítica Ruta 40 para que su mensaje llegue a todo el país. "Cualquier objetivo es posible si se realiza con pasión".

Rodolfo Rossi alcanzó su sueño en 2015 cuando cumplió los 40 años. En una travesía que se inició en La Quiaca y terminó en Ushuaia, el ultramaratonista atravesó 12 provincias en una distancia que llegó a los 5.596 kilómetros (cerca de 50 km diarios). "La idea surgió 18 años antes del proyecto, cuando viajaba por la Argentina por motivos laborales. En ese tiempo me estaba preparando para una maratón de 42k y tenía el sueño de recorrer el país porque estaba enamorado de los paisajes. En ese momento no estaba preparado ni física, ni mentalmente, pero después se fueron dando las cosas para formar el equipo ideal para poder concretarlo", le dijo a Infobae en la presentación de su libro que relata al detalle la aventura.

Naturalmente, completar los cuatro meses de sacrificio y esfuerzo no fue una tarea sencilla. "Fue una preparación que se basó en los 30 años que me la pasé corriendo. Con el transcurso del tiempo me fui poniendo desafíos cada vez más exigentes y en los dos últimos años intensifiqué los trabajos de fuerza para poder afrontar el trayecto", explicó Rossi, quien recibió el apodo del Forrest Gump argentino.

Rodolfo Rossi
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Durante el camino también existió un objetivo social: colaborar con distintos proyectos educativos y sociales como Fundación Ruta 40, Fundación Deportistas por la Paz, y el programa de Becas Abanderados Argentinos de la Universidad San Andrés. Dicha meta se cumplió gracias al apoyo de miles de personas y a la ayuda de los sponsors. "Con la venta del libro esta iniciativa tiene continuidad. A través de 3 Organizaciones No Gubernamentales impulsamos el crecimiento de la educación. Nosotros quisimos trasladar un mensaje a todo el país y el mismo consiste en que todo sueño es posible si se hace con dedicación. La idea es que los chicos tengan los medios para que puedan cumplir sus deseos", agregó Rossi con la dedicación que lo caracteriza.

Él habló en plural porque siente que el mérito es de todo el equipo. A pesar de haber sido el protagonista estelar de la hazaña, Rossi mantuvo su humildad y aseguró que de no haber sido por la colaboración de sus asistentes, la gesta no se hubiera concretado. Fue un plantel "con mucha diversidad, porque había gente de Turquía, Brasil, Francia y Buenos Aires… hasta se sumó un hombre de 76 años de un pueblito de Catamarca que se sintió identificado con el proyecto. Se sumaron personas muy especiales que se comprometieron al ciento por ciento".

Rodolfo Rossi
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Dentro de esa pluralidad que describió Rossi se destacaron Juampi Alemán (coordinador), Juan Cruz Casabona (conductor del motorhome), Mailén Navarro (cocinera), Julia Guerín (logística), Mazum Turco Gorgu (masajista), Tato Oviedo (asistente), Carol Baker (fotógrafa), Carlos Pugliese (documentalista) y Urbano Cardozo (se unió en Catamarca para apoyar con su vehículo), pero lo llamativo fue que el turco debió abandonar al grupo para capitalizar la oportunidad que le surgió en esos días: interpretar el personaje de Oonur en la famosa novela Las mil y una noches que se transmitió por Canal 13.

Otro de los voluntarios que se sumó al team de manera improvisada fue Turky, un perrito que acompañó a Rodo durante 40 kilómetros en Salta. "Fue en Angastaco, me acuerdo que salieron tres perros de un campo y uno de ellos me siguió durante todo el trayecto. Obviamente que lo adoptamos y hoy forma parte de la familia de Corre 40″, deslizó Rossi con la nostalgia que le predica su memoria fotográfica.

Sin embargo, la aventura también tuvo momentos de sufrimiento. La adversidad del clima fue lo más destacado, porque "hubo de todo". "Las temperaturas extremas de 14 grados bajo cero en Jujuy, los 5.000 metros de altura donde casi no podía respirar, los vientos Zonda en La Rioja y San Juan ó las ráfagas de más de 120 km/hs en Santa Cruz fueron las complicaciones que acompañaron el constante camino de ripio de toda textura y color", detalló el ultramaratornista sin ignorar los inconvenientes físicos que le produjo tanto esfuerzo: "Cerca de Esquel me quebré dos dedos de una mano y dos veces me tuve que infiltrar las rodillas para calmar el dolor. Los médicos me aconsejaban que pare, pero mi objetivo era no detenerme ni un día. Hubo jornadas en las que solo podía caminar, pero yo quería seguir, si era necesario hubiera seguido gateando".

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Sin dudas, la gesta no hubiera sido posible sin la contención de sus seres queridos. "Fueron 113 días que tuve el apoyo de mi familia. Sin el cariño de mi mujer hubiese sido imposible hacerlo. Ella se quedó con los chicos y la empresa familiar; y me permitió lograr ese sueño que llevó casi cuatro meses", aseguró Rossi, quien antes de concluir la entrevista con Infobae se animó a recitar un extracto de su libro Corre 40 que ilustra el significado que tuvo el período que abarcó los casi cuatro meses de sacrificio:

"En cada pueblo que alcanzamos y hasta en algunos tramos de la ruta se da una constante: se acercan chicos que preguntan, que tienen inquietudes, que corren algunos metros, que se esfuerzan, que se entusiasman, que se ilusionan, que se apasionan, que sueñan. Su chispa será el fuego sagrado del futuro. Verlos emociona y motiva. Tienen una vida de sueños por delante. Ya estoy en el tramo final del sueño de mi vida. Tengo el compromiso de cumplir el objetivo. Duele el cuerpo. Duele la distancia de la familia. Pero no les fallaré. Ellos tampoco fallarán. Llevarán a nuestro increíble país lejos, bien lejos. Solo debemos mostrarles que todo sueño, todo objetivo, con pasión, con preparación y con unión, es posible". Su próximo objetivo se centrará en Estados Unidos, cuando intente atravesar la reconocida Ruta 66, a los 66.

Rodolfo Rossi
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