Ariel Holan, perfil del hombre que le dio un baño de historia a Independiente

Fanático del "Rojo", el entrenador apeló a su conocimiento histórico del club para revertir siete años de sequía. El rol de los ídolos, la relación con su padre y el fanatismo por la tecnología

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La voz de Ariel Holan colisionó de frente con Independiente mucho antes que su carrocería, su figura. Un audio de Whatsapp dando detalles específicos relacionados a la identidad y la historia del club retumbaron más fuerte que los resonantes gritos de refuerzos o recambio absoluto que llegaban desde otros rincones. ¿Quién era el tal "Jolán" que hablaba en el misterioso audio dando una clase de historia roja para intentar revertir el traspié de Gaby Milito?

"Del 60 al 70 fue un equipo de mucho corazón y un par de jugadores de talento, del 70 al 84 tuvimos la época más brillante, primero por Bochini y Bertoni y después por Burruchaga, Marangoni y Giusti. Luego, en el 94, tuvimos un gran equipo que ganó la Supercopa. A partir de ahí Independiente entró en una confusión de identidad, sin idea de juego. Desde lo emocional tengo un compromiso intachable con mi club", advertía Holan en la presentación íntima a los dirigentes que algún sector filtró a los medios para ensuciar su imagen.

Los “drones” de Holan, una
Los “drones” de Holan, una de las críticas que sufrió el técnico en los inicios (Télam)

El hombre de los drones, bautizado por Infobae como el Steve Jobs del Conurbano cuando dirigía a Defensa y Justicia, llegó al Rojo con poca espalda y muchas críticas por sus descripciones casi filosóficas sobre la crisis de identidad del club, su adhesión a la tecnología y el paso por el hockey femenino.

"A mí me hace sentir seguro y eso es importante para transmitir ante el grupo", le había dicho a este medio sobre la tecnología que utiliza, cuando todavía dirigir al Rojo era un sueño lejano.

Bohemio, admirador de Steve Jobs –a punto tal que llegó a vender un auto cuando estaba sin trabajo para comprarse una Mac– y, sobre todo, enfermo de Independiente. A la "confusión" le aclaró con los eruditos del club: acercó , entre otros, a Ricardo Bochini, Daniel Bertoni, Miguel Ángel Santoro y Ricardo Pavoni a los futbolistas para que le cuenten en primera persona el significado de la camiseta que defendían.

Holan llevó a la final
Holan llevó a la final en Río de Janeiro a Bochini, Bertoni, Santoro y Pavoni con el plantel

A punto tal fue la simbiosis, que  el Chivo fue el encargado de explicarle al plantel cómo se realizaba el mítico saludo que caracterizó al Rojo en épocas de gloria. Empezó como un homenaje tras la muerte de Pipo Ferreiro pero cuando se repitió en el Libertadores de América y el estadio estalló, se adoptó nuevamente como emblema.

"Cuando levantaban los brazos significaba acercar el equipo a la eternidad –explicó Holan a este medio–, mostrar que teníamos valores. Las manos en alto era tener las manos limpias, que se dieran cuenta que el que estaba adentro de la cancha era Independiente, el gran campeón". La reparación histórica estaba en marcha.

El saludo histórico en la
El saludo histórico en la final de ida contra Flamengo (Independiente oficial)

La argumentación histórica necesitaba un sustento fáctico. Sostuvo un invicto de 14 partidos desde su debut hasta la primera caída. Los tres puntos venían acompañados por un estilo ofensivo, directo y de compromiso, acorde a la historia. El círculo entre el decir y hacer confluyó en una misma desembocadura.

La deuda inicial que pesa sobre todo entrenador estaba saldada. Pero el compromiso iba más allá. "¿Sabés lo que significa esto para mí? Me acuerdo de mi viejo, que me traía cuando yo tenía cuatro años a la cancha. Estoy seguro que me está mirando desde arriba, que se debe acordar de todas las noches que estuvimos acá", gritó ante las cámaras casi entre lágrimas cuando se consumó la clasificación a la final de la Copa Libertadores.

Detrás de su amor al club, estaba el amor a su padre. El que le enseñó a respetar al Rojo. Ramón, cuando Ariel tenía 19 años, murió trágicamente en su taller de Lomas de Zamora. Debía honrar la memoria de su padre con un título.

Luego de 20 años como socio del club de manera ininterrumpida, Holan llegó al banco para acumular 22 duelos ganados, 12 empatados y 6 perdidos. La definición el mítico Estadio Maracaná lo esperaba para darle un cierre memorable a su incursión en el club de sus amores.

Atrás quedaron sus años como exitoso trabajador del hockey, los viajes en colectivo con su computadora a cuestas, las peleas contra las diversas crisis económicas que lo persiguieron y la superación de la muerte de su padre. Se hizo amigo de su ídolo Bochini y ganó los clásicos que disputó contra Racing. Levantó otro título internacional para devolverle el mote de Rey de Copas. Cumplió el sueño de hincha. Cumplió el sueño del hincha.

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