Emmanuel Gigliotti fue una de las grandes figuras de la final de la Copa Sudamericana. A los 30 años, el atacante anotó un gol en el partido de ida y se destacó pivoteando, aguantando el balón y luchando en el mismísimo estadio Maracaná. El hombre surgido del humilde General Lamadrid se logró sacar una enorme espina de su paso por Boca: había fallado un penal en la semifinal de la Copa Sudmericana 2014 (27 de noviembre) ante River que terminó decidiendo la serie. Pues bien, tres años después da la vuelta olímpica con Independiente. Y siendo uno de los protagonistas de la gesta.
Tras aquella situación, fue muy criticado y para volver a empezar eligió el exilio en el fútbol chino. Su regreso al fútbol argentino, más precisamente al "Rojo", ocurrió con la lupa sobre sus rendimientos. Y Gigliotti se acordó de esa condición cuando, todavía con las pulsaciones al máximo, en pleno festejo, fue abordado por la transmisión oficial. "Algunos decían que era un gordito que no podía correr más", dijo, desafiante.
Pudo haber coronado su actuación con un jugada inolvidable. En la segunda etapa, tras robar el balón, se lo tiró largo a un defensor y se lo picó al arquero César, pero un defensor le sacó el grito en la línea. "Me lo sacó justo, la puta madre", se lamentó.
Pero la vuelta olímpica, por supuesto, borró todo. El gol que pudo ser y las críticas del pasado: "Este es un grupo grande que corrió, metió y jugó al fútbol para darnos esta alegría". El "gordito" también gritó campeón.
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