El Atlético Madrid se presentó en Stamford Bridge con la necesidad de un milagro para seguir con vida en la Champions League. Los dos empates frente al Qarabag hipotecaron las posibilidades del conjunto español, dado que en la última fecha del Grupo 3, los de Diego Simeone enfrentaron al Chelsea con la obligación de ganar y esperar un resultado favorable en el Olímpico de Roma.
Desde los primeros movimientos se vio a un Colchonero agresivo. Las intervenciones del Niño Torres, Koke y Antoine Griezmann exigieron a Thibaut Courtois, el soberbio arquero belga que cuenta con pasado albirrojo.
Las respuestas del combinado londinense llegaron a través de la individualidad de Álvaro Morata. El punzante delantero se las ingenió constantemente para generar espacios y probar con remates de media distancia. Si bien la mayoría no llegaban al destino deseado, la cercanía de los disparos ponían en jaque a Jan Oblak.
En el complemento Saúl le dio esperanzas a la visita, pero las noticias que llegaban desde Italia no eran las esperadas. El cabezazo del virtuoso volante no generó la euforia que merecía, dado que Diego Perotti le daba la alegría al conjunto romano frente al rival más débil de la zona.
La noticia afectó al Atlético Madrid y un desborde de Eden Hazard encontró el pie de Stefan Savic para que el montenegrino establezca el 1 a 1 contra su propia valla. La desgracia del central dejó de rodillas al combinado liderado por el Cholo, que a pesar del sacrificio deberá conformarse con su ingreso a la Europa League. La gloria tal vez llegue en un torneo de menor importancia para el continente.
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