"Era un equipo de cavernícolas", resumió Héctor Bracamonte sobre el plantel de Boca que en la temporada 2002/03 le tocó integrar con, entre otros, Rolando Schiavi. El tiempo los volvió a juntar, pero esta vez en el rol de entrevistador y entrevistado.
El ex delantero lo sentó en el living del programa Arroban (del canal online FWTV) y lo incitó a que cuente dos anécdotas nunca antes relatadas. "Sabemos que es muy fácil jugar con peritonitis, pero ¿cuán difícil es jugar con las bolas quemadas por un termo de agua caliente? ¿Podés contar esa historia?", lo consultó en tono de broma Braca.
"¿Es necesario?", respondió entre risas el histórico defensor Xeneize. Tras intentar evadir el tema, mencionó la historia: "Fue en un partido de Copa Libertadores. Éramos de hacer muchas jodas y yo era el encargado de llevar siempre el agua, el termo, el mate. Todo. No sé quién me abrió la tapa del termo y cebé el mate, y me quemé todo… acá", contó señalando su entrepierna.
"Al otro día jugábamos, creo que era en Colombia o Ecuador. Llamamos al médico, tapamos todo esto con gasa, mucha crema y a la cancha. Tenía ampollas, pero de carne viva", confesó.
No contento con esa anécdota, el atacante que estuvo durante más de 10 años en el fútbol ruso fue por más: "¿Cuán difícil es jugar con un balinazo en la pierna?".
"¡Eso no lo podemos contar! No da porque mañana estamos en las tapas de todos los diarios", buscó nuevamente evitar la pregunta el Flaco.
Finalmente cedió y mencionó la situación, pero a medias: "Jugábamos a tirar puntería con un aire comprimido a unas latitas y uno justo pasó. Se cruzó y le pegamos un balinazo acá –señala la entrepierna–. Al otro día tenía que jugar un partido. Se curó. Le sacaron el balinazo con la tijerita, la pincita, y a las pistas. Y jugó".
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