Con Daniel Angelici, presidente de Boca, en China, Carlos Tevez afina la ingeniería para lograr su salida del Shanghai Shenhua y así dar por finalizada su fallida aventura en el país asiático. Las negociaciones corren por la siguiente vía: la cláusula de rescisión hoy alcanza los seis millones de dólares; el "Xeneize no quiere desembolsar esa cifra, "Carlitos", tampoco. Pero al mismo tiempo la dirigencia china no desea abonar un nuevo año del oneroso contrato del "Apache", máxime si no va a ser el jugador franquicia del equipo, rol para el que fue contratado. ¿Entonces? Tire y afloje que va acercando posiciones hasta arribar a un número que les resulte conveniente a todas las partes. Sin embargo, además de Boca, hay otras instituciones también interesadas en "colaborar" con la salida del atacante, de 33 años, para sumarlo a sus filas.
Tevez dejó una gran imagen en Brasil tras su paso por Corinthians, institución con la que conquistó el Brasileirao en 2005. Entonces, Flamengo aparece como un fuerte competidor para Boca. Es más: en el país vecino insinúan que los cariocas podrían poner directamente la cláusula de rescisión, sin negociar la cifra, lo que podría ponerlos en situación de ventaja. Detrás, en la puja, aparecerían un club de la elite de México y otro de Turquía.
De todas maneras, en el plan Tevez está el regreso a Boca como primera opción. Que Angelici esté en China es todo un gesto de la predisposición del "Xeneize" para negociar. La voluntad del futbolista es clave. La institución que lo vio explotar tiene listo un contrato hasta 2019. Pero el Shanghai hizo una inversión que no resultó e intentará recuperar algo de dinero. Al menos, lo estipulado en el vínculo. El reloj corre: la cláusula de salida puede ser aplicada hasta el martes 28 de noviembre, día en que se activa el segundo año de acuerdo con el dueño de la ficha: una "ganga", apenas 40 millones de dólares. Horas decisivas en la novela de "Carlitos".
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