El Mundial de Estados Unidos quedó marcado por el doping de Diego Maradona. La imagen que permanece en el recuerdo colectivo de la enfermera rubia tomando de la mano al astro argentino en el Foxboro Stadium de Boston y la dolorosa frase que deslizó el capitán albiceleste tras su expulsión del torneo fueron factores que opacaron los escándalos que sufrieron otras selecciones.
Desde que el Diez describió el crítico momento como una amputación hacia sus piernas, en el resto del planeta hubo reacciones en su apoyo que no pasaron inadvertidas. En Israel un grupo de jóvenes se declaró en huelga de hambre como protesta por la exclusión de Pelusa, pero a los pocos días los reclamos se disiparon porque varios de sus integrantes debieron ser hospitalizados de urgencia. En Bangladesh se concretaron violentas manifestaciones en contra de la FIFA, donde se quemaron carteles con la imagen de Joao Havelange, presidente de la entidad en esos años. En la India trabajadores de una empresa gastronómica internacional efectuaron diversas medidas de fuerza solicitando el regreso de Maradona. Sin embargo, el zurdo surgido de Cebollitas nunca volvió y su caso minimizó los conflictos internos que vivieron otras delegaciones europeas.
Uno de los más llamativos fue el que protagonizó el entrenador de Grecia, Alkis Panagoulias, quien criticó con dureza a sus propios dirigidos luego de perder por 4 a 0 frente a la Argentina y Bulgaria en la fase de grupos. "Tengo un equipo de homosexuales. Somos un pueblo poco serio. Aquí sólo vinieron niñitas inocentes", dijo furioso ante la prensa internacional. Naturalmente, la derrota por 2 a 0 contra Nigeria marcó el fin del ciclo del técnico que tenía el antecedente de liderar al combinado heleno entre 1973 y 1981.
Una situación distinta fue la que se vivió en la concentración de Rumania. Tras la segunda presentación en el Grupo A, el DT del elenco europeo, Anghel Iordanescu, despidió del equipo a Ion Vladoiu por su irresponsable accionar en la humillante goleada adversa sufrida contra Suiza. El volante ingresó al Pontiac Silverdome de Detroit cuando el encuentro ya estaba definido, dado que la escuadra alpina se imponía 4 a 0. Faltando 20 minutos para el final, el hombre del Rapid Bucuresti reemplazó a Dumitrescu, y en menos de 90 segundos tuvo que abandonar el pleito por una violenta patada que le impactó a Stephane Chapuisat, una de las figuras de la tarde.
La tarjeta roja que le mostró el árbitro tunecino, Neji Jouini, fue la pena más liviana, dado que el mediocampista tuvo que retornar a su país luego de la criminal escena que protagonizó en el campo norteamericano. "La Federación despidió a Vladoiu del equipo al considerar imperdonable la dura falta realizada a un jugador rival y analizar su mal comportamiento constante con los integrantes del cuerpo técnico de la selección", fue el comunicado con el que la delegación excluyó al jugador.
Además, el Comité de Disciplina de la FIFA sancionó al futbolista con tres fechas de suspensión y multó a la federación rumana con 5.000 dólares. A pesar del incidente, los de Iordanescu llegaron a los cuartos de final, donde fueron eliminados por penales por Suecia, una de las sorpresas del certamen.
Finalmente, Alemania, que también alcanzó esa instancia y se despidió luego de la caída por 2 a 1 ante Bulgaria, tuvo entre sus convocados a Stefan Effenberg, un temperamental volante que se vio envuelto en un escándalo luego del choque ante Corea del Sur, válido por la tercera jornada del Grupo C en Dallas.
Aquella tarde en el Cotton Bowl, el jugador del Borussia Mönchengladbach sorprendió al mundo cuando fue reemplazado por Thomas Helmer. Cansado de los reproches de sus propios simpatizantes, el mediocampista se retiró de la cancha con el tradicional gesto de fuck you, lo que generó que el entrenador, Berti Vogts, lo desafectara del representativo germano.
Fueron los últimos días de Effenberg con el seleccionado alemán, a pesar de algunos amistosos esporádicos en la previa del Mundial de Francia. Sin dudas, los informes que se realizaron en la prensa de su país no contribuyeron para que el jugador volviera a una competición internacional.
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