Fernando Belasteguín, el argentino que es rey del padel mundial y se codea con las estrellas del fútbol

"Bela" es el número 1 del padel hace 16 años y se ganó el respeto de deportistas de la talla de Puyol, Piqué y hasta Cruyff. El argentino que conquista el deporte que es furor en el mundo

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"Necesito ir a tomarme mi café con leche". Fernando Belasteguín camina de lado a lado por el Racket Club con una sola exigencia: quiere tener su merecida merienda. Hace ya varias horas que los principales canales deportivos lo persiguen para entrevistarlo, en vísperas de su debut en el Buenos Aires Padel Master, uno de los torneos más importantes.

Todas las estrellas del circuito mundial de padel caminan por el lujoso predio cercano a los bosques de Palermo, pero una sola se roba las miradas de propios y extraños: el argentino que va camino a su 16° año consecutivo como número 1 de un deporte que crece a pasos agigantados en el planeta gracias al aporte involuntario de las figuras de otras disciplinas.

"Siempre que estas personalidades se meten a jugar al padel no se dan cuenta del favor que le hacen al deporte, porque tipos tan conocidos mundialmente se sacan una foto con una paleta de padel y para la difusión del deporte es espectacular", analiza el fenómeno para Infobae Bela, que llegó a España en 2001 para probar suerte y desde el 2002 se sostiene como el rey absoluto del ranking.

Los personajes a los que hace referencia son, principalmente, los futbolistas Gerard Piqué y Carles Puyol, que a su vez son amigos de Belasteguín. "Con Puyi es el que más relación tengo. Con Gerard Piqué también por lo de las pistas", sostiene sobre el proyecto con el defensor del Barcelona de construir canchas de padel con su nombre en Europa.

“Con el que tengo más
“Con el que tengo más relación es con Puyi”, confiesa Belasteguín (@Carles5puyol)

"Con Johan Cruyff tenía una relación espectacular. También con tenistas como (Alex) Corretja y (Sergi) Bruguera. Muchas personalidades que la verdad no me doy cuenta, o sí, pero doy las gracias que por el padel pude conocerlas", detalla pasando por alto que el histórico holandés lo tildó como "el Messi del padel".

En su tierra natal, Bela pasa inadvertido. Es casi un anónimo. En España la situación es completamente diferente: el argentino de 38 años es una absoluta celebridad. "Obviamente puedo salir a la calle en España, pero vas a los clubes y la gente te conoce. O por la calle te van conociendo un poquito más. Sos un producto, por eso a mí el mes que vengo a Pehuajó me viene muy bien porque es desintoxicarme de todo", reconoce el oriundo de esa ciudad de la provincia de Buenos Aires.

La mejor forma de graficar esta situación es marcando los contrastes entre la vida del campeón famoso en Europa y el desconocido en Argentina: "Para que te des una idea, en el gimnasio que vas a entrenar te esperan con una toalla limpia. Acá voy al gimnasio del Negro Pacheco en Pehuajó y si dejo una pesa tirada me tira un pelotazo en la cabeza. A mí esas cosas son las que me nutren y me dan energía para ir a trabajar en España todo el año".

“Belasteguín es el Messi del
“Belasteguín es el Messi del padel”, señaló Cruyff (worldpadeltour)

Bela habla pausado. Con calma. Apenas cambió unas pocas palabras de su vocabulario bonaerense por el español. Tras 16 años viviendo en el exterior, no muestra síntomas de haber absorbido el acento que predomina del otro lado del océano. Muestra una sonrisa ante cada interacción y se divierte cuando se suma a jugar un rato con deportistas amateurs. Una de las canchas del Racket Club de golpe se llena de curiosos y él hace todo el show que se espera de una personalidad.

Un rato antes, le explicaba a Infobae los ejemplos cercanos que tiene para no marearse con la fama que lo rodea: "Puyol y Piqué son unos fenómenos. Lo llevás a Puyi a un lugar que no saben que es jugador de fútbol y es uno más. Cuando los conocés como personas son más grandes que como profesionales".

Los describirá como "súper competitivos" y cuenta el secreto mejor guardado del ex capitán del Barcelona: "Puyi me pregunta siempre. Está tomando clases en el club de padel donde estoy trabajando. Han encontrado en el padel una segunda juventud competitiva".

Sin embargo, nadie puede con el campeón: "De todos los que conozco, Marc López –el tenista– es el que mejor juega. Corretja también, que si no lo nombro que juega bien después me manda un mensaje. Creo que son los dos que mejor juegan. ¿Si me hacen partido? No…"

Esta noche hará su debut en el torneo de Buenos Aires junto con su compañero de dupla, el brasileño Pablo Lima. Sus rivales serán el español Alejandro Ruiz (20 del mundo) y el argentino Sebastián Nerone (23°). Lo espera en La Rural un estadio repleto. "Que la gente vea padel en un predio tan importante como La Rural, con entradas agotadas, es síntoma que el padel profesional en Argentina está creciendo y ya no va a pasar como en la época del 90, sino que ya está para seguir creciendo con el tiempo", analiza.

La primera cancha de padel en Argentina se hizo en 1975 en Roque Pérez, un municipio del interior de la provincia de Buenos Aires. Belasteguín tomó por primera vez una paleta 13 años más tarde, a 280 kilómetros de distancia ese sitio. En el 2001 abandonó la comodidad social que le ofrecía la carrera de Ciencias Económicas y se fue a probar suerte a España. Hoy es la cara de la disciplina furor.

"Es el segundo deporte más practicado en España después del fútbol, con 4 millones de practicantes. En el 98 me fui por primera vez 20 días y vendimos un montón de paletas para pagarnos el pasaje. Pasó todo muy rápido", reconoce cuando mira en retrospectiva un deportista que acumuló más de 74 mil euros en premios este año y todavía puede incrementar la suma hasta 100 mil euros si gana los tres torneos que tiene por delante.

Marcas de primer nivel lo auspician, a tal punto que hasta una automotriz de alta gama lo patrocina. Este año participó en 11 torneos del circuito y en todos alcanzó, al menos, la final. Un dato lo tiene a maltraer y pone el certamen de Buenos Aires en un sitio preponderante de la agenda: podría perder el N°1 del mundo por primera vez en su carrera. Esto se debe a que una lesión lo margino en dos campeonatos de la temporada y le permitió a la segunda pareja –del argentino Sanyo Gutiérrez y el español Paquito Navarrotener la chance de pasar a la historia.

"Me quedan tres torneos y vamos a pelear por el número 1. Poder pelearlo dentro de la cancha me hace estar muy concentrado. Ojalá que desde acá hasta que me retire tenga la opción de seguir peleando por el número 1″, explica con franqueza y sencillez, como si fuese un novato el que habla sobre el puesto más importante en el ranking. Hay una falsa modestia involuntaria en su discurso: el que lo dice es uno de los deportistas más importantes de la historia de Argentina.

Bela acusa el cansancio de una tarde repleta de entrevistas y compromisos. Todavía reclama su café con leche, mientras se saca fotos con fanáticos. Antes de tener su merecida merienda, mira fijo a la cámara y no vacila para contar su fórmula del éxito: "Hay que ser consecuente con uno mismo. El día que no juegue más, voy a ser como esa esponja llena de agua que la apretás y no sale una gota más de agua. Ese va a ser el mayor triunfo de mi carrera profesional. Me puedo mirar al espejo tranquilo y puedo mirar a los ojos a mis hijos para poder exigirles que sean cada vez la mejor versión de ellos mismos". El rey en tierra ajena vuelve a su patria para que la semilla que se plantó en los 90 crezca con fuerza.

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