La sensación es que el disparador fue el hecho de haberse enterado que Marcelo Gallardo, entrenador de River, subrayó más de una vez durante la conferencia el hecho de que Lanús "casi no atacó". Si bien Jorge Almirón aceptó que el local dominó el pleito y que su conjunto no encontró la "precisión" para enhebrar los contraataques, evidentemente el orientador del "Granate" no le cayeron bien las palabras del Muñeco. Y devolvió la pared, incluyendo al público del "Millonario" en su postura.
"Obviamente el rival tiene que contrarrestar lo que uno propone, tenés que saber resolverlo. Es algo que a nosotros nos pasó muchísimas veces. River nos metió en nuestro campo en los primeros diez minutos del segundo tiempo, con centros. Ahí recién la gente se levantó. Después el marco fue espectacular, pero la gente estuvo callada. No hubo sensación de peligro", argumentó, alimentando la polémica.
"El partido de vuelta va a ser distinto", desafío y vaticinó Almirón, en dosis similares. El ex entrenador de Independiente se apoya en la experiencia que vivió Lanús en cuartos de final. Allí, también, con un rendimiento por debajo del potencial del plantel (aunque contando con más situaciones de peligro), tropezó 2-0 ante San Lorenzo en el duelo de ida. En la revancha, con una actitud mucho más ambiciosa, el conjunto del Sur logró poner 2-2 el resultado global en La Fortaleza y después consiguió el acceso a semifinales desde el punto del penal. La controversia también jugará su partido en la definición de la serie.
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