La alfombra verde de los premios The Best bien podría haber sido césped, el que alberga y albergó sus mejores acciones. En Londres, Diego Maradona y Lionel Messi se reencontraron frente a frente. Y el hoy entrenador de Fujairah FC de Emiratos Árabes le dedicó un gesto cariñoso al astro del Barcelona, tomándole la cara entre sus manos, casi paternal.
Rocío Oliva, pareja de Maradona, y Antonela Roccuzzo, esposa de Messi, fueron testigos presenciales del choque de talentos. Diego, campeón en México 1986 con Argentina, fue director técnico de la Pulga en la Selección durante parte del proceso previo y durante la Copa del Mundo en Sudáfrica 2010, en la que el conjunto nacional llegó hasta cuartos de final, donde fue eliminado por Alemania. La puja médiática por el rótulo de mejor jugador de la historia quedó en un segundo plano durante la espontánea reunión.
En los micrófonos, Maradona generalmente defendió a Messi y solicitó evitar las comparaciones con su figura. Sin embargo, también supo ventilar diferencias, como cuando no fue invitado a la boda entre Lionel y Antonela. "Él sabe que lo quiero mucho. La invitación a la boda se perdió por alguna parte, pero eso no cambia mi opinión sobre él", dijo entonces, entre algunas de las grietas que a lo largo de los vaivenes exhibió la comunicación entre ambos.
"La terna es justa, pero por los trofeos creo que Cristiano Ronaldo sacó una luz de ventaja", opinó el ex Argentinos, Boca y Napoli, al ser consultado por la transmisión oficial. De todas maneras, el cariño entre ambos va más allá de una distancia circunstancial o de una opinión. Y en la entrega de los premios The Best quedó a la vista. "Todo lo que dicen es cuento. Lo quiero mucho", aseguró Maradona.
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