Amoeiro es un municipio de Galicia con alrededor de 3.000 habitantes. Allí, en 1984, José Manuel Rodríguez Novoa fundó el club FC Os Chaos, que participa en el Grupo XI de la Tercera Autonómica de Galicia (última categoría del fútbol regional). Pepe Pego (tal su apodo) ostentaba un paso por el KFC Uerdingen de la Segunda alemana antes de, a sus 43 años acunar su propia institución, con la intención de seguir disfrutando de jugar al fútbol, en su localidad natal, y con amigos.
Pues bien, 33 años después, Os Chaos no sólo no logró moverse de su categoría, sino que además hubo dos temporadas (2007/2008 y 2008/2009) en las que terminó sin triunfos. José Manuel Rodríguez Novoa sigue siendo el presidente, a veces oficia de entrenador… ¡y todavía juega! A los 74 años, sigue siendo parte del plantel y jugó 15 minutos en el triunfo 1-0 ante la filial de Ourense CF, que cortó una interminable racha del equipo de 1.260 días sin celebrar por liga.
Sí, Os Chaos FC estuvo tres años sin ganar. No lo conseguía desde el 4 de mayo de 2014. En el medio, había acumulado un empate y 72 derrotas. En realidad, el 9 de septiembre había logrado quebrar la serie adversa con un 2-1 ante Maceda B, pero la federación gallega le quitó los puntos por inclusión indebida de un jugador. No por nada se lo conoce en su país como "el peor equipo de España". En abril, por caso, había perdido 23-0 contra Sporting Vilamarín. Y en su racha sin alegrías había padecido la impactante cifra de casi 400 tantos en contra. Tal impacto causó su historia en la península ibérica que un programa de TV viajó a Amoeiro para retratarla.
Pero la racha se terminó y, para que el cuento fuera lo suficientemente circular, ocurrió con el presidente-jugador en cancha. "Ganamos porque jugué yo", bromeó ante la consulta del Diario Marca. "Me duele la espalda, pero ahí sigo", mantuvo el temple Pepe Pego. "Perder quita mucha moral, pero lo tenemos que seguir intentado. Ojo, hay que saber perder. Saber ganar es muy fácil, pero perder es más complicado. No somos Barcelona y lo sabemos", es una de sus máximas, mediante la que se aferra a su pasión. Para coronar la épica: el gol que rompió el maleficio lo anotó Guillermo de Melo… que llegó al estadio con el partido empezado. Más vale tarde que nunca.
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