Son las 18:51 del sábado 14 de octubre de 2017. Ayer, nomás. Sé de la campaña solidaria a la que Myrian Nancy Acevedo convocó para afrontar la recuperación de su hija, Ailén Ogén, una de las chicas que el pasado 13 de agosto viajaba en el auto que pilotaba Mauro Giallombardo en Villa La Angostura y que sufrió un gravísimo accidente al impactar contra un colectivo en la ruta 40. Le pregunto, mensaje mediante, si podemos hablar. Contesta que ahora no puede pero sí más tarde. Advierte que cuando dice tarde es literal porque se quedará todo lo que pueda en el Hospital Fiorito, donde a diario acompaña a la mayor de sus tres herederos. Promete avisar y lo hace a las 23:02. Esta periodista descubre el mensaje a las 23:57, lamenta la demora y pregunta si aún es posible la comunicación. Al otro lado responden rápidamente: "Sí, claro". La conversación empieza a las 00:01, ya el día de la madre. Justo en el primer minuto de este día particular Myrian, madre desde la punta de los pelos hasta la de los pies, deja una lección de cómo afrontar la vida.
• ¿Cómo está Ailén?
"Está teniendo bastantes buenos avances, sigue en el Hospital Fiorito de Buenos Aires, está siendo atendida clínica y neurológicamente. Presenta una rehabilitación limitada porque es un sitio de agudos, no de rehabilitación. Ahora estamos intentando que la trasladen a un hospital específico de lo que necesita que está ubicad en la ciudad de Buenos Aires, pero eso se verá desde la semana que viene".
• ¿Cuál es su cuadro?
"Ailén tiene una traqueotomía, se alimenta a través de una ostomía (ndr: procedimiento quirúrgico en el que se realiza una apertura en un órgano hueco) y está teniendo más conciencia de la situación con lo cual tiene momentos de mucha angustia. Ahora se intenta a diario estabilizarla anímicamente porque a veces se pone violenta. Imaginate que de repente se despertó en este cuerpo…"
• ¿Cómo supiste del accidente?
"Ese día, el 13 de agosto, alguien me llamó por teléfono para decirme que se querían comunicar conmigo porque mi hija había tenido un accidente. ¿Te soy sincera? pensé que se había roto una pierna esquiando".
• ¿Recordás como fue para vos aquel domingo del accidente?
"Ailén se había comunicado conmigo a las 9:45 de la mañana, 15 minutos antes del accidente. Yo estaba remoloneando en la cama y tenía el celular en silencio. Cuando lo veo, que fue a las 10:15, le mandé un mensaje y no lo recibió pero en ningún momento pensé en nada, solo creí que me había llamado para avisarme que iban a ir a esquiar. Después, a través de una amiga que conocía a uno de los chicos que estaba ahí, a Hernán López, que era el único que estaba consciente, me dice que desde el hospital se querían comunicar conmigo y fue al revés: averigüé en qué lugar estaba y yo me comuniqué con ellos. Cuando me pasan con el médico lo primero que le dije fue: 'Decime ya cuál es el diagnóstico', y me respondió que el cuadro era severo, grave, que la estaban trasladando al hospital de Neuquén porque es de alta complejidad y bueno, salí corriendo con la tía de mi hija al aeropuerto para buscar el primer vuelo que hubiera".
• ¿Cómo era la vida de Ailén hasta ese 13 de agosto?
"Cursaba el tercer año de psicopedagogía, era una excelente alumna, excelente amiga, muy dada socialmente. Ella se relacionaba con todo el mundo, es muy agradable, le encantan los chicos y por eso eligió esa carrera. Para sostener el estudio trabajaba haciendo promociones, no era promotora de automovilismo como a veces he escuchado porque la altura tampoco le da a Ailén porque es muy chiquita. Hacía otro tipo de promociones, tenía una gran calidez humana".
• ¿Cómo llegó Ailén a subir al auto de Mauro Giallombardo?
"Ella había empezado a salir hacía 5 meses con Mauro, estaban arrancando una relación. Ella me decía que no eran novios, estaban empezando. Él le dijo que se iba a esquiar, y la invitó pero ella le dijo que no sabía hacerlo. Él le insistió pero ella dudaba porque estaba rindiendo finales, entonces él decidió viajar pero tuvo que volver por una gran tormenta de nieve que hubo por entonces en el Sur y no lo dejaron aterrizar. En el segundo intento la convence y bueno, terminaron viajando los cuatro porque ella le pidió a una amiga que la acompañara porque iba un amigo de Mauro. Se van y fue muy rápido todo. Me acuerdo que yo le decía 'andá, la vas a pasar lindo' y bueno, el accidente…"
• ¿Cómo fue el momento en que te reuniste con tu hija?
"Llegué prácticamente con ella, la estaban entrando por guardia a Neuquén porque la trasladaron desde La Angostura donde se le hicieron los primeros auxilios y la reanimaron. Nos dieron el parte de los politraumatismos, tenía un cuadro muy severo, la cadera quebrada pero lo más importante en ese momento era estabilizarla neurológicamente, es decir que estuviese en condiciones de poder entrar a un quirófano. Allí pasamos 72 horas en las cuales ella tenía que estar estable pero antes de esas horas clave ella hizo un pico importante de presión intracraneal y fue como que volvimos para atrás. Fueron horas críticas pero de a poco salió de ese cuadro, pudo entrar al quirófano también para aliviar el dolor del trauma que tenía en la cadera, la operaron, salió muy bien de eso y después empezó el procedimiento de bajar un edema que tenía en la cabeza para que pudiera descansar y así todo lo que se iba presentando. Eso nos llevó un mes de vivir en Neuquén".
• ¿Cómo fue tu vida entonces?
"En instancias así no se piensa, es todo acción. Ese día llegamos, terminamos tardísimo porque cuando a ella la ponen en terapia intensiva eran cerca de las 11 de la noche, conseguimos un hotel a un par de cuadras del hospital, estuvimos dos noches ahí y cuando vimos que el cuadro de Ailén era para más tiempo decidimos alquilar un departamento para abaratar costos".
En Buenos Aires, mientras tanto, la otra parte de la vida de Myrian: Federico (19) e Ivan (17), sus otros hijos, permanecían en el hogar y fueron, principalmente el primero, el gran soporte de su madre. "Cada vez que me daban un parte salía , le mandaba un audio a Fede explicándole lo que sucedía y él lo difundía al resto de las personas que nos rodean. Ellos siempre colaboraron. Yo estoy separada hace 15 años y en todo este tiempo fui mamá y papá porque el papá no fue muy presente. En esta situación viajó con nosotros pero acá en Buenos Aires desapareció, desaparece…"
Una vez que Ailén fue estabilizada, se decidió por su traslado a Buenos Aires. Desde el pasado 8 de septiembre se encuentra en el Hospital Fiorito y Myrian no se mueve de su lado en cuanto le es permitido el ingreso a la terapia donde Ailén se encuentra. Pero claro, aunque la vida para ellos haya cambiado, en lo ordinario todo continúa. Por cuestiones que ella va a explicar, esta vecina de la localidad de Lanús está sin trabajo y ahora necesita de la ayuda de todos.
"Yo siempre trabajé muy bien en la industria farmacéutica, soy visitadora médica y llegué a ser jefa de visitadores. La industria farmacéutica siempre tuvo muy buenos recursos económicos pero en noviembre del año pasado había cambiado de laboratorio por un proyecto nuevo pero esta gente terminó estafándome. No quiero dar el nombre porque voy a terminar en un problema legal pero es una empresa de sueros que se había instalado recientemente en nuestro país con capitales venezolanos y argentinos. Tomé la decisión de irme de la empresa en la que estaba hacia 10 años, con muy buena trayectoria, para apostar por un crecimiento, para progresar, pero me terminaron estafando y, ante mi reclamo, me echaron".
Hasta aquí el gran problema de la vida de Myrian era encontrar una nueva oportunidad laboral y, parecía, había tenido suerte: "Luego de tocar algunas puertas fui a una entrevista e iba a empezar a trabajar el martes 15 de agosto pero dos días antes ocurrió el accidente y bueno, tuve que llamar a la gente del laboratorio donde iba a trabajar para decirles que no iba a poder comenzar. Tengo las puertas abiertas ahí pero yo no estoy en condiciones de trabajar en ningún lado, estoy todo el día en el hospital, no tengo manera de tener una entrada".
• Sin ayuda
"La gente de la ACTC y la familia Giallombardo se comunicaron con nosotros desde el primer día. Lo hicieron mediante su representante, siempre preguntando qué necesitábamos. Cuando estábamos en Neuquén l a verdad es que yo lo único que necesitaba era que Ailén se recuperara y hoy le hemos hecho un pedido concreto: necesitamos un lugar de rehabilitación para mi hija. Le explicamos a ellos la situación, nosotros sabemos que Mauro está en el Fleni y lo entendemos, le deseamos lo mejor a él pero nosotros queríamos que Ailén tuviera la misma posibilidad. El padre de Mauro se comprometió a tratar de colaborar con nosotros pero la realidad es que todo lo que conseguimos fue por nuestro impulso. Nunca se presentaron a ver a Ailén o a mí y si hablamos de aporte económico, la verdad es que no nos ayudaron en nada".
• Apelar a la solidaridad
"Como yo estoy sin trabajo por lo que ya expliqué, se hace difícil afrontar los gastos. Tengo mucha gente que me ayuda y la verdad es que vivo de la caridad de la gente que está a mi alrededor. Yo agradezco el tremendo apoyo y las muestras de cariño pero la verdad es que esto requiere de otro soporte y por eso es que tomé la decisión de abrir una cuenta para poder otorgarle a Ailén lo que corresponde a partir de la internación y de todo lo que viene, que es una etapa ambulatoria. En mi casa las habitaciones están arriba pero ella no va a poder subir por mucho tiempo por eso tengo que armar toda mi casa abajo y bueno, poner todo en condiciones implica muchos gastos que al no tener trabajo se me complica mucho".
• La procesión de una madre
"Apenas la vi a Ailén aquella primera vez, estaba totalmente inmovilizada, dormida, en ese momento estaba en coma y yo entré muy tranquila. Le hablé, le di fuerzas, le decía que la necesitábamos y hoy Ailén está progresando de a poco pero firme. Ella tomó la decisión de quedarse en este mundo y la está peleando".
• Una fuerza que nace cuando más la necesitamos
"Por estos días ella está más consciente pero incluso cuando no lo estaba yo entraba a la terapia o donde estuviese y la saludaba, le contaba cómo estaba el día, dónde estábamos, tratábamos de que ella despertara porque así lo indicaban los médicos, entonces le pedía a los hermanos y a los amigos que me mandaran audios y se los pasaba, le ponía canciones… todas las cosas que me decían yo las hacía. Se ha comunicado conmigo gente que no conozco… Una persona, por ejemplo, me dijo que había pasado por un estado de coma y que escuchaba la voz de su mamá y cosas así. Todo eso me sirvió para que yo pudiese seguir hablándole y creer que ella me estaba escuchando".
• Aquel primer signo de esperanza
"Recuerdo la primera vez que movió los dedos de una mano. Sólo podíamos entrar por media hora y ese día yo decidí entrar última. Fue el 24 de septiembre, después de una cirugía: entré y le pregunté si me escuchaba y ese día me apretó levemente la mano. Ahí le dije que tenía que salir adelante y yo no lo podía creer. Ella hoy está cada día mejor".
• Ailén, hoy
"Está con un grado de conciencia más alto, nos reconoce, mueve la boca. No puede hablar por la traqueotomía pero tiene el impulso. Hace unos 15 días empezó también a mover la pierna derecha pese a que tiene esa mitad del cuerpo con cierta parálisis. Su diagnóstico es daño axonal difuso pero va mejorando de a poco, si hasta intenta reírse. Si vos la ves, hoy Ailén es una nenita, hay que enseñarle a hacer absolutamente todo".
• La leona…
"Yo estoy muy fuerte desde el primer día, mis amigas me preguntan cómo hago pero la verdad es que no hay mucha más alternativa. Siento que tengo que estar fuerte para ella pese a los momentos en que siento bronca sobre todo por la burocracia de todo y la falta de solidaridad de cierta gente que tendría que estar más presente, de quienes ya hablamos hace un rato, que sabemos que tendría que estar más cerca y no lo está, eso me da bronca, pero yo tengo mucha fe y estoy completamente segura de que ailén va a estar bien".
"Hay mucha gente que me acompaña, existe el cansancio físico, esto es agotador, bajé cerca de 7 kilos, pero yo estoy muy fuerte y bien plantada. Te puedo asegurar que todo lo que antes pensaba que era importante hoy pasa a ser totalmente secundario. De repente vos podés tener mucho de todo pero a la hora de no tener salud o que pasen estas cosas hace que todo el resto no sirva de absolutamente nada pero a la vez todo esto hace que sepas quién está a tu lado. Ailén tiene apenas 23 años pero evidentemente ha dejado muy buenas huellas en mucha gente porque se comunica gente permanentemente. Me llaman para decirme que la conocieron y que es un ángel, eso es gratificante y te carga de energía
para mí todos estos días son muy comerciales y de alguna manera desdramatizo la situación porque si no termino tirándome debajo de un tren, como se dice pero bueno, como yo digo siempre: a mí me tocó esta, ¿Por qué no me iba a tocar? Me pasó a mí y tengo que afrontarlo, ojalá el de hoy hubiera sido un día de la madre como los que he vivido en otros momentos pero estoy acá y ella está acá, entonces me parece que hay que festejarlo porque ella está acá, ella decidió estar conmigo acá…"
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