Fuegos artificiales antes del partido y, si hay triunfo, otra andanada después. Un telón con los colores argentinos pintado a nuevo. Tirantes celestes y blancos, que son esos estandartes que nacen en los paravalanchas y van hasta el final de la tribuna. Decenas de paraguas patrios y banderas de palo. 500 camisetas de la Selección con el número 10 en la espalda. Y miles de banderitas plásticas de tamaño visita papal para repartir entre la gente.
Todo eso es el cotillón que La Doce pondrá el jueves en la Bombonera para recibir al equipo de Jorge Sampaoli, que buscará un triunfo que lo acerque a Rusia 2018 en el partido más importante de una Eliminatoria que viene cruzada.
Pero detrás de esa fiesta hay una historia mucho más grande: la de cómo la barra de Boca "mejicaneó" a la AFA. Porque entre tahúres, también se pisan el poncho.
La movida arrancó tres semanas atrás, cuando Daniel Angelici y Chiqui Tapia arreglaron con el beneplácito del plantel y el cuerpo técnico de la Selección el cambio de cancha.
La idea de un estadio más comprometido con el aliento a partir de una barra que arranque los cantitos fue rápidamente comprada. Por historia propia, el presidente de Boca y el de la AFA sabían bien de qué hablaban. Y también sabían que esa movida, que si termina en éxito la harán solo suya, tenía un costo: el de poner a "La 12" en función de la celeste y blanca. Y ese costo siempre es en contante y sonante.
Pero a diferencia de lo que muchos creen, el verdadero negocio para la barra no viene de la reventa de tickets. De hecho solo recibieron 900 (700 populares y 200 plateas) de las cuales al circuito de reventa habrían ido 400. Todas las otras entradas que se revenden por sitios de internet y agencias de turismo salen de las entregadas institucionalmente al club anfitrión en concepto de peñas y agrupaciones, a los otros clubes que también tienen cupo propio, a los sponsors y a la venta interna de AFA y de la empresa web que las comercializa. Tanto es así que el fiscal Cristian Longobardi, que tiene la causa por la reventa, mandó a hacer inteligencia en los lugares habituales donde creen que La Doce comercializa y no logró sacar nada. Apenas se dieron de baja los sitios de internet. Encima, la AFA y Ticketek recién le respondieron ayer cuántas entradas se pusieron a la venta y cuáles fueron a los canales internos. Un bochorno.
En cambio, ser los wedding planner de la Selección sí les dio beneficios directos a la barra. Porque le pasaron a los dirigentes una factura con varios ceros, pero la mayor parte de la plata no se utilizó para nada. ¿Por qué? Porque los barra fueron al depósito de cosas viejas y desempolvaron todo el cotillón que para el Mundial 2010 les había entregado Diego Maradona cuando fue el técnico de la Selección y los convocó como la barra del equipo, intentando reeditar la alianza de los Mundiales 86 y 90.
Así, descubrieron que estaban intactos los paraguas albicelestes con los números 12 bordados a los costados, que en Sudáfrica habían estado al mando de la facción Lomas de Zamora de "La 12", con Daniel Salto alias Cinco y Fernando Gatica, alias Lana, a la cabeza. Que estaban las camisetas modelo retro con el número 10 en la espalda. Que los tirantes se mantenían perfectos, solo había que pegarles una lavada, lo mismo que las banderas de palo.
El problema era el telón. Le habían prometido a la AFA hacer uno que cubra las tres bandejas que dan a casa amarilla, pero el que estaba apenas alcanzaba al lugar donde se ubican ellos. Y tenía un tema adicional: estaba pintado con la frase "Sudáfrica 2010". Se miraron, hicieron costos con la empresa Megatelones de Rody Soria, que es quien se ocupa de hacer la mayoría de las banderas de las barras argentinas y decidieron que tampoco iban a invertir en eso: se podía arreglar repintando todo y ahorrarse así un dineral. Por lo tanto, la única inversión real fue mandar a comprar las banderitas plásticas pequeñas para repartir entre la gente. El resto, plin caja.
En la AFA, que admiten haber aportado pero en forma anónima, no se hacen mucho drama. "Mientras ganemos…", avisan. Eso, claro, nadie lo garantiza. En cambio, la barra ya ganó: además de embolsar los billetes desde Viamonte y los tickets, espera hacer fortuna con las camisetas específicas del evento que las venden a 600 pesos, los trapitos, el resto del merchandising, y la comida y bebida al paso.
Y si Argentina clasifica, el bonus ya está marchando: habrá pasaje a Rusia, con las mismas caras y banderas que este jueves coparán la Bombonera.