¿Hasta cuándo Lionel Messi va a seguir sorprendiendo con sus acciones? Al parecer, esa pregunta no tiene respuesta. El argentino no tuvo un gran nivel en el triunfo por la mínima ante Sporting Lisboa por Champions League, pero dejó algunas perlitas distintivas.
Lo más sobresaliente fue el sombrero que le tiró desde el piso a Bruno Fernandes. La Pulga forcejeaba en el sector izquierdo del campo con el futbolista del Sporting, cayó al suelo y, cuando parecía que iba a perder el balón, juntó sus piernas y lanzó el esférico por encima del rival.
Minutos antes, había dejado en el camino a su compatriota Rodrigo Battaglia con un exquisito caño a la carrera, tras un increíble quiebre de cadera. El ex Huracán, Racing y Rosario Central quedó en el camino sin entender qué había sucedido.
Todo ese despliegue generó una reacción increíble en un hincha. Un joven, con la bandera del Barcelona colgada en su cuello, burló los controles de seguridad de las tribunas y se metió en el medio del campo de juego.
Abrazó a Lionel, le dijo algunas palabras ante los gestos fraternales del crack y finalizó agachándose para besar el botín izquierdo, generando cierta incomodidad en el futbolista. Rápidamente aparecieron los agentes de seguridad y lo sacaron de la cancha.
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