Gustavo Fernández es un joven cordobés de 24 que logró lo que ningún tenista argentino había conseguido: ser N°1 del ranking mundial en la modalidad adaptada.
Entre sus logros se destacan haber ganado el Abierto de Australia, el Roland Garros y Wimbledon (en dobles). "Este fue el año que más torneos he ganado, se empezó a concretar todo por lo que veníamos trabajando durante los últimos siete años", dijo en una entrevista con Alejandro Fantino.
Se le tiene mucho miedo a la discapacidad, se cree que es una situación muy mala, pero solo es diferente
Fernández recordó que empezó a jugar al tenis a los seis años porque su madre entrenaba. Además, el deporte siempre estaba muy presente en su hogar ya que tanto su padre como su hermano fueron jugadores de basquet profesionales. "Mis viejos nunca tuvieron prejuicios, no les importaba nada más que yo sea feliz", explicó.
A modo de ejemplo, compartió una tierna historia de su infancia: "En los entretiempos de los partidos de basquet siempre están todos los chicos corriendo por la cancha, y yo también lo quería hacer, por más que no pudiera correr. Entonces mi abuelo Lalín me adaptó una patineta para que yo me sentara arriba y jugara con todos. Creo que hoy le hubiera encantado ver todo lo que me está pasando".
Según explicó, en nuestro país el principal problema que enfrentan los discapacitados son los prejuicios. "Se le tiene mucho miedo a la discapacidad, se cree que es una situación muy mala, pero solo es diferente. Se tendría que naturalizar más, así el discapacitado va a poder soltarse", señaló.
En ese sentido, destacó que su vida "no cambió" por no poder usar las piernas y hasta reconoció que a veces hasta lo "agradece" debido a que le permitió vivir muchas cosas que tal vez de otra forma no hubiera vivido".
"Hemos aprendido a no dejarnos amargar por boludeces, ser más prácticos, no tener tanto en cuenta el prejuicio", sintetizó.
No obstante, cuando le preguntaron si existía mucha diferencia entre los premios que cobran los jugadores del circuito ATP, Fernández calculó que ganó apenas el "0,3% del premio que ganó Federer" por ganar el Abierto de Australia.
"Yo también tuve que entrenar diez años todos los días con mi equipo, entiendo la diferencia pero me parece que la brecha es demasiado alta", concluyó.
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