A pesar de su cara de cansado, Diego Korol no oculta su felicidad. El conductor televisivo muestra su entusiasmo con el nuevo proyecto que lo tiene como protagonista. Alma de potrero es un ciclo que se emite por DirecTV y muestra a los jugadores de la Selección desde un punto de vista desconocido. Los orígenes en barrios carenciados y las canchitas improvisadas de la infancia conforman el punto de partida para contar las historias de los protagonistas.
Lionel Messi, Javier Mascherano, Sergio Romero y Martín Demichelis son algunos nombres que entrevistó el ex Videomatch para el programa de los domingos que amenaza con convertirse en un clásico. Oscar Ruggeri, el Tolo Gallego, René Houseman ó el Vasco Olarticoechea conforman la lista de algunas figuras de la vieja guardia. Sin embargo, hubo algunos casos que se guardaron para la segunda temporada.
"En un momento decidimos parar, porque siempre nos iba a faltar alguno. Los hinchas siempre te van a reclamar a alguien, pero Diego Maradona fue la cuenta pendiente. Hablamos mucho con él, tuvimos contacto cuando estaba en una situación particular y preferimos no molestarlo por el momento. Seguro que estará el año que viene, igual que Bati, que ya nos dijo que está todo bien", le dijo Diego Korol a Infobae en una de las lujosas oficinas de DirecTV Sports.
La recopilación de testimonios demandó un trabajo de dos años. En un contexto en el que las finales perdidas ante Alemania y Chile contribuyeron a la nostalgia y la emoción, Korol detalló cuáles fueron las entrevistas que más lo conmovieron: "Hay cosas de Messi muy interesantes, las historias del Tolo Gallego o René Houseman, que son de otra camada, también aportaron mucho. La emoción del Goyco y los penales o los primeros pasos de Ortega en Ledesma son testimonios que me movilizaron mucho. La mayoría de los jugadores argentinos vienen de lugares muy humildes y llegar a donde llegan tiene su mérito".
Como las historias se basan en los potreros que incursionaron los hombres que representaron a la Argentina con la celeste y blanca, el diálogo con el creador del programa también incursionó por su pasado. "Mi canchita estaba en la plaza a dos cuadras de casa. Iba con mis hermanos, amigos y compañeros de colegio en una época en la que se jugaba a la pelota en la calle. Había un árbol y un buzo para hacer de arco y no mucho más. No tuve baby, ni futsal ni nada de eso", explicó el comediante en un relato que continuó con sus recuerdos: "Lo más presente que tengo eran las discusiones sobre si era gol o no, porque se decía alto ó por arriba y no había travesaño. Quién tenía que ir a buscar la pelota al otro lado de la reja. Yo era un buscador de situaciones e ilusiones, un 9 criticado".
Sin dudas en Alma de potrero el reportaje más taquillero es el que le hizo al astro del Barcelona, a quien conoció en su época de Videomatch. "La primera vez que lo vi a Messi le regalé un álbum de figuritas. En el Mundial del 2006, él era uno de los más pibes y ahora es un referente", comentó Korol antes de reconocer que su trabajo era mucho más accesible que el de cualquier otro periodista por lo que generaba Marcelo Tinelli: "El producto era facilitador. Obviamente que dependía de cada uno a la hora de encararlos y que acepten de buena manera al personaje. Si decía algo desafortunado tal vez se rompía el vínculo".
Otro de los históricos con los que estableció un contacto de chico fue el de Javier Mascherano, a quien tuvo que liberar en menos de media hora porque no podía reprimir el llanto de los golpes recibidos en el Mundial y las dos últimas ediciones de la Copa América. "Me acuerdo que en la Copa del Mundo de Japón él había viajado como sparring. Tenía pelo y todo", dijo entre risas.
Desde sus días en España, cuando cubría al Badajoz por petición de Tinelli, Diego Korol se convirtió en un todoterreno que atraviesa las pistas de la radio, la TV y el deporte. Siempre con un estilo humorístico, el conductor concluyó con una autodescripción que puede considerarse parte de la fórmula de su éxito: "Yo no me considero un periodista. Soy un tipo que acompaña, que labura en un programa y los jugadores toman esa posición. Nunca me interesó si se levantaban temprano o tarde, porque siempre los respeté mucho y ellos me lo agradecían invitándome a sus casas. En Europa dormí en la casa del Pupi Zanetti, Crespo ó Verón. Comí un montón de veces con los Milito cuando estaban en Zaragoza. Seguramente, muchos de ellos aparecerán en la segunda temporada".
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