Lionel Andrés Messi Cuccitini nació el 24 de junio de 1987 en Rosario, Santa Fe. Es el tercero de los cuatro hijos del matrimonio formado por Jorge Messi y Celia Cuccitini: Rodrigo, Matías, La Pulga y María Sol.
Leo desarrolló su educación primera en la Escuela N°66 General Las Heras de su barrio natal, ubicada sobre la calle Buenos Aires al 4800, distante a cinco cuadras de su casa familiar, sita en la dirección Estado de Israel 525.
Messi era tímido, callado y correcto, según sus maestras de los niveles primario y secundario. "Hacía lo justo y necesario", contó Andrea Sosa a Infobae, su maestra durante dos años consecutivos en su escuela primaria.
En su barrio natal de Rosario Messi no es ni Messi, ni Leo, ni Lionel: es Lío. Así lo llaman sus vecinos, los que lo veían jugar descalzo en la calle de su casa y en el barrio. Su primer club fue el Grandoli, donde se destacó desde el primer día cuando ni siquiera superaba el metro de estatura y superaba con holgura la resistencia de rivales mayores. Luego llegó a Newell's, el club de sus amores.
Recuerdan las maestras de la educación inicial de Lionel Messi que el hoy delantero del Barcelona esperaba con ansias la hora del recreo para jugar al fútbol. La pelota era cualquier elemento que tuviese a mano: una pelota cuando había y, si no, un bollo de papel, una botella, una piedra…
Salvador Aparicio fue el primer técnico de Lionel Messi. Fue él quien contó que todo empezó un día en que Celia Oliveira Cuccittini, su abuela, lo llevó a jugar al fútbol a Grandoli y allí el DT avisó que faltaba un jugador en su equipo. La abuela advirtió la escena, levantó la mano y dijo: "¡Acá, acá tengo un jugador!". Ese día Messi comenzó a ser el mejor del mundo.
En Rosario, Messi hizo toda su escuela primaria pero apenas seis meses de secundaria. Es que a los 13 años, cuando cursaba sus estudios en la escuela Juan Mantovani (Uriburu 549), su padre lo llevó a Barcelona persiguiendo la ilusión de que algún club costeara el tratamiento hormonal que necesitaba para su crecimiento. En el club blaugrana, apenas lo vieron jugar, le hicieron un contrato en una servilleta de papel.
Messi siempre supo que quería ser futbolista. Guarda fuertes lazos de amistad con varios de los chicos con los que jugó en las inferiores de Newell's.
Cuando Lionel Messi apenas tenía seis años Jorge Griffa, coordinador de las inferiores de Newell's, fue hasta la casa de los Messi en Rosario y convenció a la familia para que lo llevara a probarse a La Lepra. Hasta sus oídos había llegado el comentario de un chico que con la pelota hacía cosas que recordaban a Diego Armando Maradona.
La Pulga nunca olvidó sus orígenes. Si bien cuando viaja a Rosario ya no habita la casa donde nació, esta sigue perteneciéndole a la familia y el jugador visita su barrio pese a la resistencia de la seguridad que lo acompaña. También supo regresar a la que fue su escuela primaria, cuando tenía 16 años y ya jugaba en Barcelona. Aceptó gustosamente fotografiarse con el cuerpo docente y con los alumnos que, sorprendidos, se animaban a acercarse a su ídolo.
Algunas de las maestras que tuvo cuentan que se juntaban a verlo jugar en los recreos. "A veces empezaba a zigzaguear como hace ahora, que los pasa a todos, y nosotros nos reíamos porque además él era muy chiquitito", contó Andrea Sosa respecto de la obsesión que Lionel Messi tuvo desde chico con el fútbol.
A través de su Fundación, Messi donó pinturas y material de informática para su colegio primario en cuya pared posterior hay pintado un mural que recrea su figura como jugador con una camiseta del seleccionado nacional.
Una de las celadoras de la institución de nivel secundario Juan Mantovani, a la que asistió Messi, recuerda que el hoy delantero del Barcelona y la Selección no paraba de jugar allí a la pelota, ante lo que ella le decía: "Nene, dejá de patear y ponete a estudiar que así no vas a llegar a ningún lado". Consciente de aquello, la protagonista de esta historia no quiso revelar su nombre a Infobae: "Es que lo cuento y me da vergüenza… Si hubiese sabido…", dijo entre risas.
En la escuela a la que asistió Messi nadie presume de él. Para ellos fue un alumno más, bien educado por su familia. Recuerdan allí con gracia que pudo aprender aritmética gracias a un ejercicio que una maestra plantó sobre una cancha de fútbol.