Marcelo Gallardo dirigió su primer Superclásico el 5 de octubre de 2014. Esa tarde, marcada por una lluvia que parecía imparable, River y Boca igualaron 1 a 1 y ambos terminaron con 10 hombres por las expulsiones de Fernando Gago, por un penal que no fue, y de Ramiro Funes Mori, por una fuerte falta a Marcelo Meli. Aquellas rojas en el debut del Muñeco iniciarían una tendencia que se mantiene hasta hoy: desde que asumió hubo otras 20 que dan cuenta de una violencia in crescendo, componente claro de los últimos choques entre los clubes más grandes del país.
De los 20 expulsados desde que Gallardo le imprimió al equipo una mística diferente a la que arrastraba, acaso distinguida por la personalidad, el carácter y el cuchillo entre los dientes, hubo 10 rojas por equipo: Ramiro Funes Mori, Leonel Vangioni, Camilo Mayada, Carlos Sánchez, Jonatan Maidana (2), Leonardo Pisculichi, Teo Gutiérrez (2) y Sebastián Driussi.
En Boca, en tanto, vieron la roja en Superclásicos desde el 5 de octubre de 2014 Fernando Gago, Daniel Díaz (2), Adrián Cubas, Fabián Monzón, Jonatan Silva, Gino Peruzzi, Pablo Pérez, Darío Benedetto y Juan Insaurralde.
De esos 16 encuentros en los que se cuentan oficiales y amistosos River ganó siete, Boca cuatro y empataron cinco (con eliminaciones al Xeneize en Copa Sudamericana y Libertadores en el medio), mientras que el club Millonario sumó en ese tiempo seis copas.
Para ratificar el dato de la creciente cantidad de expulsados en Superclásicos en el último tiempo vale mencionar que para encontrar la misma cantidad de rojas que hubo en los 16 partidos jugados desde el 5 de octubre de 2014 hay que remontarse a febrero de 2008, es decir 33 partidos atrás. Comparando esos periodos puede concluirse en que desde que Gallardo dirige a River la cantidad de expulsados en los clásicos se duplicó.
Desde que se establecieron los torneos cortos, en 1990, Hernán Díaz es el jugador más expulsado de River en Superclásicos, con cinco tarjetas, mientras que Blas Gounta y Daniel Cata Díaz suman tres desde entonces.
El River de Gallardo parece haber implementado una nueva forma de enfrentar a Boca en la que pone en juego la permanencia en cancha tanto de sus 11 como de los del contrario, a veces con acciones polémicas contra el rival, pero que justifica en la necesidad de vencer su karma ante el máximo rival.
Patadas históricas en Superclásicos
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